La Confederación General del Trabajo se encontraba reunida este mediodía para elegir a quiénes la conducirán durante el debate de Reforma Laboral que impulsa el gobierno de Javier Milei y que muchos sindicatos interpretan como una segura pérdida de derechos. El objetivo del Gobierno es conseguir su sanción en el transcurso del verano, cuando asuma la nueva bancada violeta.
Una de las novedades de la jornada fue la propuesta realizada por Omar Maturano de La Fraternidad para que la conducción vuelva a estar encabezada solo por una persona pero fue rechazada, por lo que se encamina nuevamente a ser un triunvirato.
El congreso se desarrolla en el estadio porteño de Obras Sanitarias y, entre los candidatos para la secretaría general figuran Jorge Sola, jefe del gremio del Seguro y quien actualmente ocupa la vocería de la CGT; Cristian Jerónimo, titular del Sindicato del Vidrio, y Maia Volcovinsky, secretaria adjunta del gremio de Judiciales.
Algunos rumores en la previa ponían al actual cosecretario general Octavio Argüello como una ficha todavía en competencia a diferencia de Héctor Daer y Carlos Acuña que ya anticiparon que darían un paso al costado.
Aunque una conducción colegiada sirve para contentar a más sectores, algunos hombres de peso como el jefe de la Confederación Argentina de Trabajadores del Trasporte, Juan Carlos Schmid, pujan por volver al unicato.
“Tenemos una esperanza que los compañeros que van a asumir en el triunvirato van a estar a la altura de las circunstancias. El Gobierno quiere violar todos los derechos adquiridos por los trabajadores y si es necesario volver nuevamente a la lucha”, dijo Antonio Caló durante el encuentro.
Sostuvo además que “la reforma que impulsa el Gobierno no tiene sentido porque habla que se pueden trabajar 12 horas cuando en todo el mundo se están bajando las horas para que la gente tenga más trabajo”.
Si no hubiera acuerdos entre los secretarios, los sectores más combativos no descartan presentar listas propias de congresales y que la conducción de la nueva CGT se elija por el voto de los afiliados.
Sin embargo, hace tan sólo unos días, el titular de la UOCRA, Gerardo Martínez, fue el anfitrión de una reunión de la que participaron los actuales secretarios generales de la Central, los que se mencionan como candidatos y figuras como Hugo Moyano (Camioneros), José Luis Lingieri (Aguas) y Abel Furlán(UOM) y Mario Manrique (SMATA) para intentar llegar a un consenso.
Si bien participaron más de 60 representantes gremiales de sindicatos pesados en números de afiliados, se desconoce si estos podrán hacer valer ese poder para imponer a la nueva conducción.
En ese encuentro se lanzaron críticas al proyecto de reforma y, según trascendió, no hubo expresiones de política partidaria después de la derrota electoral de octubre. Tampoco es seguro que mañana surja un documento de la reunión con una posición formal de la CGT y sus nuevas autoridades.
Los triunviros actuales, pero particularmente Héctor Daer, han mantenido distancia respecto del encarcelamiento de Cristina Fernández de Kirchner y no se encolumnaron activamente en el reclamo de libertad. En cambio, han estrechado vínculos con el gobernador bonaerense Axel Kicillof.
En La Plata estarán siguiendo activamente el Congreso de mañana. De hecho, Walter Correa no sólo es el ministro de Trabajo bonaerense sino que, además, es uno de los referentes de la Corriente Federal de los Trabajadores.
La reforma
Respecto de la reforma, hace pocos días el influyente Gerardo Martínez advirtió que la central obrera está dispuesta a recurrir a “la movilización y acciones contundentes” si el gobierno no garantiza condiciones claras y transparentes para el debate de la reforma laboral.
Martínez integra el “Consejo de Mayo” en el que la Casa Rosada ha tratado diversos proyectos con actores políticos. El sindicalista considera que una “modernización laboral” necesita de otro tipo de diálogos.
De hecho, el titular de la UOCRA fue duro con los interlocutores gubernamentales al decir esos funcionarios “no saben lo que es pagar un salario, lo que es discutir un convenio colectivo de trabajo”.
Que haya sido Gerardo Martínez una especie de interlocutor de la CGT antes de la elección puede ser tomado como un signo. El gremio de la Construcción ha sido uno de los que aceptó diversas modificaciones a su convenio colectivo, entre ellos, el fondo de cese que reemplaza a las indemnizaciones.
Sin embargo, en el seno de la Central Obrera entienden que la “modernización” debe ser en favor de los derechos laborales específicos de cada actividad y, en especial, rechazan el debilitamiento de la función sindical a través de la legitimación de contratos individuales o convenios por empresa o región.
“Necesitamos unidad y fortaleza, porque el panorama será duro y, si no hay diálogo, vamos a actuar con acciones contundentes”, había prometido Martínez.