Una de las características destacables del primer año de gestión de Mauricio Macri fue su cosecha legislativa. En minoría y muy lejos del quórum propio en ambas Cámaras, el gobierno de Cambiemos consiguió de todas formas que el Congreso sancionara leyes clave para el Ejecutivo y que acompañara sin grandes diferencias ni cambios decisiones de largo plazo, como las designaciones en la Corte Suprema de Justicia. Cada uno de esos logros se construyó a partir del trabajo silencioso del ministro del Interior, Rogelio Frigerio; su segundo, Sebastián García De Luca; el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó; y el jefe del bloque del PRO en esa casa, Nicolás Massot. Los cuatro pilares de la estrategia legislativa del Gobierno.
Con tareas repartidas y complementarias, los dos funcionarios del Ejecutivo y los dos legisladores nacionales fueron los encargados de llevar adelante las negociaciones más complejas que debió enfrentar el Gobierno en el Congreso. Frigerio y García De Luca más centrados en la relación con los gobernadores, y Monzó y Massot ocupándose del vínculo con los dos bloques opositores que hasta diciembre se mostraron dialoguistas con Cambiemos: el Frente Renovador y el bloque Justicialista.
Precisamente por este rol, el grupo muestra una característica que suele irritar al ala más dura del macrismo, tanto en el Ejecutivo como en el Congreso. Algunos funcionarios y legisladores les cuestionan al ministro, su vice y los dos diputados el diálogo fluido que mantienen con la oposición peronista. Las múltiples visitas que le han hecho a Sergio Massa para acordar leyes suelen ser objeto de esas críticas. "Van en peregrinación a Puerta de Hierro, que ahora queda en Tigre", se le escuchó rumiar a un radical de perfil alto. El gen antiperonista de muchos oficialistas influye en esos cuestionamientos.
Para contrarrestarlos, los cuatro pilares de la estrategia legislativa de Cambiemos sacan su lista de logros: con 86 diputados sobre 257 y 15 senadores sobre 72, el Gobierno logró la derogación de las leyes Cerrojo y de Pago Soberano, la autorización para tomar deuda para pagar a los fondos buitre, el blanqueo de capitales, la reforma del régimen de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo, la Ley de Acceso a la Información Pública y varias reformas judiciales.
En el camino también hubo traspiés y quedaron en un limbo proyectos como la reforma electoral y la nueva ley de mercado de capitales; además de iniciativas que la oposición pudo imponer y Macri terminó vetando, como la Ley Antidespidos.
Este año, el cuarteto enfrentará las complejidades de tener el turno electoral a la vuelta de la esquina y sabe que conseguir leyes clave será cada vez más difícil.