Cuando al mediodía de ayer el PJ-Frente para la Victoria (PJ-FpV) anunció que no bajaría a la sesión, la suerte de Julio De Vido quedó sellada. El bloque, su bloque, debatió durante dos días qué hacer frente al pedido de desafuero en su contra y para evitar una fractura expuesta terminó resolviendo dejarlo sin defensa en el recinto de la Cámara de Diputados. Dos horas más tarde, el tablero marcaba 176 votos a favor y una abstención, para habilitar el arresto del ex ministro de Planificación Federal de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.
El oficialismo y sus aliados sumaron tal cantidad de votos que hubieran conseguido el desafuero en cualquier escenario. Necesitaban los dos tercios de los presentes. Es decir que para una hipótesis de recinto completo, requerían 172 votos. Superaron ese número por cuatro. Los diputados de Cambiemos estaban exultantes. "Es un día histórico", se repetían entre sí. Elisa Carrió fue el centro de las felicitaciones.
Junto al oficialismo votaron el Frente Renovador, el bloque Justicialista, el interbloque Progresistas, el Frente de Izquierda, el Frente Cívico por Santiago y seis diputados del PJ-FpV que desoyeron la decisión del bloque. Por esa amalgama de votos y por la falta de cohesión interna, el kirchnerismo no pudo sostener su tercio para evitar el desafuero.
Los rebeldes del PJ-FpV se referencian en los peronismos que ganaron en sus provincias el domingo: los sanjuaninos Daniela Castro y Ramón Tovares, la tucumana Miriam Gallardo, la chubutense Ana Llanos (hoy cercana al gobernador Mario Das Neves) y la rionegrina María Emilia Soria. De ellos, la única que habló fue Soria. "Esta maniobra tiene por finalidad distraer a la opinión pública del ajuste que se viene. Pero el pedido de desafuero se ajusta a la ley", definió al explicar su voto.
En privado, el PJ-FpV lamentó que De Vido no renunciara a su banca antes de ser desaforado. Si lo hubiera hecho, podría haber asumido su suplente, Jorge Rivas. Ahora, sin condena firme, su escaño quedará reservado para que lo reasuma si la Justicia decide liberarlo. Un escenario tan improbable que hace que, en los papeles, el PJ-FpV haya perdido un voto de ahora en más.
El tablero marcó también una abstención, del cordobés Juan Manuel Pereyra, ex kirchnerista, hoy cercano al gobernador Juan Schiaretti. "Me preocupa vivir en un país en el que primero te encarcelan y después averiguan si has cometido un delito. Ante sospechas de parcialidad manifiesta, anticipo mi abstención. No están dadas las garantías constitucionales", definió. Con el mismo argumento, el PJ-FpV explicó formalmente su ausencia en la sesión. El Movimiento Evita hizo lo mismo aunque uno de sus dirigentes, Fernando "Chino" Navarro, había asegurado días atrás que el bloque apoyaría el desafuero. No sería raro que sigan las coincidencias entre ambas bancadas.
"No toleramos ni somos cómplices de la corrupción, pero tampoco vamos a ser partícipes de un antecedente en el cual el poder de turno pueda vulnerar el voto popular, haciendo de su mayoría parlamentaria un tribunal para ejercer una condena sin juicio", señalaron los diputados del Evita en un comunicado, que difundieron mientras se desarrollaba la sesión.
También expresó reparos el triunviro de la CGT y diputado, Héctor Daer, aunque finalmente votó por el desafuero. "Tengo algunas dudas si amerita o no la prisión preventiva, pero en julio dijimos que teníamos que esperar el pedido de la Justicia y acá no hay uno sino dos", subrayó. Se refería a los pedidos de detención y desafuero que en las últimas dos semanas enviaron al Congreso los jueces federales Luis Rodríguez (por la presunta defraudación con los fondos de la mina de Río Turbio) y Claudio Bonadio (por sospechas de sobreprecios en las compras de gas licuado entre 2008 y 2015).