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"Hemos encontrado la manera de funcionar con nuestras diferencias y creo que con Sergio [Massa] encontramos un punto de síntesis absoluta para avanzar. Nada nos tiene que hacer suponer que eso va a ser distinto de acá en adelante", reflexiona de la dinámica interna de Unión por la PatriaPaula Penacca, quien encabeza la boleta de diputados nacionales por la Ciudad de Buenos Aires en estas elecciones 2023
En una larga conversación con El Cronista, la secretaria parlamentaria del bloque del Frente de Todos en Diputados se mostró optimista por la elección del ministro de Economía como presidenciable del espacio y resalta que La Cámpora, la agrupación de la cual forma parte, puede tender lazos y acordar políticas comunes con los sectores no-kirchneristas tanto en la campaña como en una eventual gestión.
Tras seis años como legisladora porteña, Penacca llegó a la cámara baja en 2019 y es una de las articuladoras de la estrategia legislativa de su espacio. En un distrito complicado para el peronismo porteño, la revalidación de su banca es central y su primera posición en la lista refleja eso. Actualmente su bloque no tiene quorum propio y augura que "las elecciones pueden configurar un recinto más complejo".
Su despacho del tercer piso del Palacio del Congreso, donde recibe a este medio, combina cuadros e imágenes que evocan su militancia. Hay enmarcada, sobre una pared, una bandera de la vieja Confederación Argentina con la leyenda "Mueran los salvajes unitarios", que le obsequió el 'Cuervo' Larroque antes de pasar a la Provincia. Y dos cuadros colgados, uno en el Barrio Padre Rodolfo Ricciardelli y otro en La Carbonilla.
Su militancia "en el territorio" es uno de sus estandartes y resalta que la gestión PRO perpetúa las asimetrías norte-sur en la Ciudad. A pesar de que su agenda seguirá nacionalizándose si renueva como diputada, mantiene una preocupación local que se transmite en su tono de campaña.
La política en la Ciudad
- ¿Por qué las elecciones porteñas le cuestan tanto al peronismo?
- Hoy hay una enorme oportunidad para el peronismo porteño, nos estamos desarrollando e insertando en los problemas cotidianos del ciudadano de a pie, que hace 16 años de gestión que nadie resuelve en la Ciudad. Nuestra fuerza creció desde la militancia. Me parece que eso no es visto desde los medios de comunicación y ya podemos interpelar de otra manera sobre temas que son importantes para los vecinos y vecinas de la Ciudad de Buenos Aires, como la seguridad.
- ¿Sienten que hay también una agenda política en esos medios, una demonización de La Cámpora como organización, formulada adrede?
- Sí, a mí me parece que hay una estigmatización del peronismo que está hecha adrede desde que tomamos la decisión de democratizar los medios. Eso tocaba determinados intereses económicos de esos mismos sectores empresariales. A partir de ahí empezó a construirse un proceso de estigmatización. Estos medios fueron necesarios para algunos procesos de persecución política que se desataron desde antes de que terminara el segundo gobierno de Cristina, que en articulación con el Poder Judicial fueron profundizando la persecución judicial con el objetivo de obturar a nuestra fuerza política. Esto se profundizó en los últimos años, con una confrontación que termina siendo en función de la eliminación del otro. Esto termina siendo un objetivo político.
- ¿Cómo se explica para el devenir del peronismo, y sobre todo del kirchnerismo, que hoy los dos principales candidatos en la Ciudad y en Nación no son afiliados al partido?
- Me parece que igual los últimos años del peronismo fueron construcción de coaliciones en los gobiernos, ¿no? Lo hicieron tanto Néstor como Cristina, quienes en su momento sumaron al radicalismo. En ese sentido, me parece que el peronismo siempre fue frentista, siempre pudo y supo construir sumando y ampliando. Entonces no me parece que haya que exigirle a alguien eso. Sí, es verdad que además en esta estrategia electoral tuvimos que construir síntesis, y esos son los candidatos que tenemos hoy en día. Por más que no venga del peronismo, Leandro (Santoro) expresa desde su posicionamiento político lo que nosotros creemos que tenemos que expresar como fuerza política en la Ciudad de Buenos Aires, en donde también hemos articulado con otros sectores.
- ¿Cuáles son las principales propuestas que lleva Unión por la Patria desde la Ciudad hacia el Congreso y qué análisis hace de los últimos años legislativos?
- A pesar de que tuvimos muchos resultados, hemos tenido dificultad para el funcionamiento. Pasamos momentos complejos como la pandemia, pero nos afectó la postura de Juntos con el Cambio de no querer dar los debates. No importaba qué era lo que íbamos a discutir dentro del recinto o si era un tema central para la sociedad. Por otro lado, es difícil trasladar la agenda de la Ciudad a este órgano, pero hemos trabajado con un tema central que está muy vinculado a la Ciudad, que es el tema del alquiler. Me parece que más allá de que la ley no haya generado todas las cosas positivas que hubiéramos querido, es importante que exista. Y lo planteo porque en los últimos meses, el bloque de Juntos por el Cambio está planteando la derogación de la ley.
-Ese tema se planteó como prioritarios en los debates de 2022 y sin embargo no se pudo dar una respuesta consensuada...
- Nosotros trabajamos en el Congreso para mejorarla. Pero mucho de lo que se puede hacer, lo podría decidir el Gobierno porteño: podría efectivamente existir un cambio de política de desarrollo urbano, que está delegada al 100% en el mercado inmobiliario. Habría que dejar de vender tierras y podría regular el alquiler temporario para el turismo y podría implementar un impuesto a la vivienda ociosa. Los desincentivos y los desincentivos son también una herramienta muy importante que tiene el gobierno a la mano.
Las elecciones y la disputa contra Juntos por el Cambio
- A nivel nacional se plantea esta campaña como una campaña entre dos modelos de país, dos modelos de Estado que claramente apuntan a objetivos diferentes desde lo económico, lo político y lo social. ¿Cree que esa disyuntiva también se da acá en la Ciudad?
- Sí, por supuesto. Si vos miras el modelo económico que el macrismo viene llevando adelante en la Ciudad de Buenos Aires, importan más los negociados que las personas. No hay ninguna política de desarrollo económico, por ejemplo. Vos podrías descentralizar, en todas las comunas y barrios, opciones para construir circuitos turísticos. En la Comuna 7 tenemos un Papa que vivió ahí y no se promovió nada. En Flores también tenés el barrio coreano, así como existe el barrio chino en Barrancas de Belgrano, pero no se hace nada porque está en el sur de la Ciudad. Nuestro proyecto apuesta por un desarrollo inclusivo federal. En materia de seguridad pasa lo mismo: hay 27.000 efectivos amontonados mayormente en las comunas del norte. En cualquier aspecto que veas de la gestión del gobierno porteño siempre está abandonado el sur. No hay un intento de construir un piso de igualdad para todos los vecinos y vecinas, por más que vivan donde vivan.
- En los últimos días, firmó el proyecto de Máximo Kirchner para blindar un futuro intento de privatización de Aerolíneas Argentinas, siendo que es un tema que muchos precandidatos y precandidatas toman como sinónimo de ineficiencia estatal: ¿por qué se llega a ese punto en el cual se puede perder la reivindicación social de una de las principales banderas del kirchnerismo?
- Me parece que siempre es necesario dar estas discusiones porque siempre, del otro lado, el proyecto político del neoliberalismo va a atacar las mismas cosas. Quieren un Estado reducido y que las herramientas para el desarrollo estratégico de un país queden en manos de privados. Y esto termina en trampa. Rodríguez Larreta decía que le iba a dar un año a Aerolíneas para que dé déficit cero. Este cuentito lo conocemos, porque antes de privatizar todas las empresas de servicios durante el menemismo, primero las abandonaron, le bajaron el precio y la vendieron a un precio mínimo, transformándolo en negocios muy redituables para los privados que las compran. El ataque es, una vez más, en contra de cualquier herramienta de la que el Estado está a cargo para generar un modelo de desarrollo que, además, garantice los derechos de las personas.
El ascenso de los discursos antipolíticos y libertarios
- ¿Cómo se les habla a los jóvenes, que quizás hoy en día están más atravesados por un discurso de tipo antipolítico como el de Milei?
- Yo no sé si abreva con más fuerza en los jóvenes. Sí creo que tiene mejor prensa el discurso antipolítico de Milei que otros. Me parece que hay un montón de pibes y pibas que, quizás con otras palabras que las que podíamos usar quienes nos sumamos a la militancia en los '90, siguen identificando las injusticias en el mismo lugar. En la Ciudad de Buenos Aires, los pibes y las pibas más jóvenes que van a las escuelas secundarias tienen claro de lo que se trata esto que estamos discutiendo nosotros, tienen claro de qué se trata cuando el Estado se retira o desinvierte. Desde el 2007 para acá se bajó un 10% la inversión en educación que hace el Gobierno de la Ciudad. Eso es concreto y palpable. No hay que hablar de teoría de los pibes cuando se les caen los techos en la cabeza y les llega la comida en mal estado a los comedores de las escuelas. No es que naturalmente abogan la antipolítica. Dicho eso, reconozco que hay sí, en lo nacional, un nivel de enojo que tiene que ver con que en los últimos tres años y medio de nuestro gobierno no se respondieron un 100% a todas las necesidades que nuestra población tiene.
- ¿Cómo se enfrenta a esos personajes, hay que plantarse y debatir, o hay que ignorar los postulados radicalizados?
-No sé si hay que hacer algo. Pasa que hay sectores de la sociedad predispuestos a escuchar determinados discursos y medios con intencionalidad de amplificar o de reducir esos discursos. Hay factores externos que influyen en la centralidad que se le da a determinado candidato o candidata a propuesta política. Yo creo que hay que darle el lugar que tiene.
-¿Y cuál es ese lugar?
-Es una oferta electoral más, en una contienda electoral que tiene una propuesta más por derecha, otra más por centro, otra más por izquierda, no me parece que haya que construir un fenómeno de eso. Yo te puedo decir lo que hace Milei en el Congreso Nacional: no participa de las comisiones, viene pocas veces a las sesiones, cuando viene a las sesiones está 5 minutos para dar presente y se va. Entonces, si vos me decís qué importancia tiene ese sector en lo que pasa en la vida democrática de nuestro país, y la verdad que poco.
La dinámica del Congreso y el vínculo con Sergio Massa
- Como secretaria parlamentaria cumple un rol central en el bloque oficialista y sabe más que nadie que los últimos años han sido muy difíciles para lograr consensos en la cámara baja. Teniendo en cuenta que el oficialismo tiene que revalidar gran cantidad de bancas y que puede disminuir el tamaño de su bloque, ¿cómo vislumbra que serán los próximos años en el Congreso?
-Yo siempre tengo voluntad de trabajar para lograr que esos consensos que se requieren para poder ejecutar una sesión existan. Creo que va a ser difícil, cómo fueron estos últimos tres años, pero que no es imposible, aunque después los resultados ajustados de las elecciones pueden configurar un recinto más complejo y tensionado. De todas maneras, es posible el funcionamiento y se trabaja mucho acá adentro para que eso suceda.
- ¿Y qué balance hacen del gobierno del FdT a nivel legislativo, están conformes o se sienten en deuda?
-En función de la pandemia y la dificultad que eso generó para el funcionamiento, logramos debatir temas muy importantes en el Congreso Nacional. Votamos seis leyes de emergencia cuando comenzamos el gobierno, el aporte a las grandes fortunas, el derecho al aborto, la ley de mil días, la moratoria previsional, la nueva moratoria previsional, el nuevo plan de pago de deuda previsional, votamos la ley de fuego, votamos la ley de zonas frías. Otras cosas son deudas, sobre todo avanzar en las leyes vinculadas con la Justicia, aunque sí pudimos avanzar en la Comisión de Juicio Político, con más de 60 denuncias contra los cuatro integrantes de la Corte Suprema de Justicia.
- Con las diferencias que surgieron a raíz del acuerdo con el FMI como antecedente, ¿en un eventual mandato de Sergio Massa acompañarán las políticas de su programa que no vaya tan en línea con los lineamientos ideológicos del kirchnerismo?
- Yo te puedo decir lo que pasó hasta ahora. Está claro que Sergio viene teniendo ya hace bastantes meses en nuestro país la responsabilidad del Ministerio de Economía y eso lo ha puesto en un lugar de centralidad absoluta, por ejemplo, en relación a las negociaciones con el FMI, quienes se negaron al plan de pago de deuda provisional. Sin embargo, en esta Cámara hemos trabajado y hemos contado con el apoyo absoluto de Sergio. Me parece que nada nos tiene que hacer suponer entonces que eso va a ser de una manera distinta de acá en adelante. Y si lo fuera, sí creo que es sano, y que es algo de lo que tenemos que aprender de lo que pasó estos últimos tres años y medio, que profundicemos nuestros mecanismos internos de funcionamiento político. Porque siempre la gestión supone tensiones, sobre todo cuando quien gobierna es un espacio de coalición, y creo que esa es una de las cosas que nos hubieran ayudado. Esto lo mejoramos con Sergio y eso va a tener continuidad cuando gobernemos.