El ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, aseguró que la política monetaria del gobierno es “absolutamente irresponsable”, sostuvo que la fuga de capitales es “un problema grave”. Por otro lado, señaló que no se arrepiente de haber instalado el “corralito” bancario hace casi 10 años, que terminó en la crisis del 2001, pero reconoció que tendría que haber realizado antes la “reestructuración ordenada” de la deuda pública.

Cavallo dijo que los controles para la compra de moneda extranjera no significan un cambio de la política económica sino una “mayor restricción” del mercado de divisas.

Además sostuvo que desde 2008 “salieron cerca de 75.000 millones de dólares y ahora están saliendo cerca de 3.000 millones por mes. Es un problema grave y es lo opuesto a lo ocurrido en Brasil. Eso tiene que ver con una expectativa que, con inflación alta, en algún momento la moneda se va a devaluar”.

“Creo que cuando se designe al nuevo equipo económico puede ser que haya un cambio de la política en relación a la inflación”, estimó.

Cavallo sentenció que la Argentina “sólo puede permitir un reacomodamiento de los precios si previamente anuncia y muestra una política macroeconómica de combate de la inflación. Pero el Gobierno miente y sus anuncios no son creíbles”.

Cuando se le apuntó que era muy pesimista con el futuro argentino, el ex ministro sostuvo que “Argentina tiene más dificultades que el resto de los países de América del Sur, salvo Venezuela. Pero la Argentina tiene suerte de estar viviendo una década -y ojalá tenga otra semejante- de buenos precios de commodities. Eso hace que los problemas no sean irresolubles”, dijo en una

entrevista al diario brasileño O'Globo

.

Por otro lado, el ex ministro de Economía dijo no arrepentirse de haber instalado el “corralito” bancario hace casi 10 años, que terminó en la crisis del 2001, pero reconoció que tendría que haber realizado antes la “reestructuración ordenada” de la deuda pública.

Cuando se le preguntó si tomaría las mismas medidas que concluyeron en la caída del gobierno de Fernando de la Rúa, Cavallo respondió: “Haría apenas una cosa diferente. La reestructuración ordenada de la deuda, proponiendo una reducción en los intereses, que lanzamos en noviembre, deberíamos haberla lanzado en setiembre”.

“Porque el 1 de setiembre habíamos recibido el apoyo y el compromiso de ayuda del FMI y del gobierno estadounidense para la reestructuración de la deuda. Más o menos lo que el gobierno alemán hace ahora con Grecia. Infelizmente, como teníamos elecciones el 14 de octubre, decidimos erróneamente postergar la reestructuración para después de las elecciones”, afirmó.

“El aplazamiento fue fatal. Porque con el 11 de setiembre (en referencia al atentado a las Torres Gemelas), Estados Unidos no prestó más ninguna atención a la Argentina. Y el entonces director del FMI, Horst Koehler, comenzó a tener actitudes equivocadas. Para la Argentina, Koehler fue un desastre”, consideró.

Y agregó: “El día en que conseguimos que más del 50 por ciento de la deuda, básicamente la deuda interna, él anunció que cancelaba el programa. Eso provocó pánico en la Argentina, las personas comenzaron a sacar dinero de los bancos y nos obligó al “corralito”.

Cavallo dijo que “no había otra salida” que adoptar esa medida límite, que impedía la extracción de los depósitos, al argumentar que de lo contrario “restaba cerrar los bancos, lo que hubiera sido peor”.

“El ’corralito’ fue un problema porque dio un perdón a ’los maniáticos por la devaluación’ y a los que querían el fin de la paridad (impuesta por la Ley de Convertibilidad). Dieron un golpe al gobierno de De la Rúa y atendieron los intereses de los industriales endeudados”, Cavallo reconoció que le faltó “inteligencia y sagacidad política”, pero aseveró que no se arrepiente de haber trabajado en el gobierno de De la Rúa porque dijo que tenía que hacer todo lo que estaba a su alcance ‘para sacar a la Argentina de aquella situación”.

Eliminación de subsidios

El ex ministro de economía destacó que la eliminación de subsidios puede significar a corto plazo una “presión inflacionaria” por el aumento de tarifas de servicios públicos. Y calificó de “muy tímida” la política de revisión de los subsidios estatales a los servicios públicos anunciadas el pasado miércoles.

“Hay subsidios por 75.000 millones de pesos. Esta medida de aumentar tarifas de algunos sectores debe reducir en 600 millones de pesos, casi nada”, aseveró el economista, en relación a la eliminación de subsidios de gas, electricidad y agua para bancos, casinos, hidrocarburos y mineras, entre otras

Al ser consultado si esa medida se reflejará en inflación, el ex ministro respondió: “Claro, actualizar las tarifas es, en el corto plazo, inflacionario. Pero en el mediano, largo plazo, es traer mayor disciplina fiscal, hay una beneficio en bajar la inflación”.

“Pero ellos cayeron en una trampa, al mentir cuando dicen que la inflación es de 9% anual y en realidad es de 25%. Si se creara una meta de 18%, que sería razonable, sería admitir que la meta de inflación será del doble que la oficial. La política del gobierno es absolutamente irresponsable, hay una expansión monetaria del 40%”, aseveró.