En la crisis del coronavirus, los empleados que trabajan de forma remota pueden encontrar su vida familiar en manos de sus colegas: no todos tenemos una casa espaciosa como para contar con un ámbito privado que nos sirva de “oficina .

Llega el horario de la reunión virtual que tengo con un cliente cuando el video se desconecta (mi jefe nos pide que es importante que nos “veamos ). Justo en ese momento, llega un mail de colegio de mi hijo de 12 años diciendo que aún están esperando la tarea de matemática, mi otro hijo gritando que está aburrido. Estoy en la mesa del comedor y llega la hora del almuerzo ¿Qué comemos?, ruido de fondo: los ladridos incesantes del perro. Y si faltaba poco, mi madre de 75 años, que insiste en salir en “hacer las compras diarias .

Para muchas personas ésta es, de repente, su nueva realidad laboral.

Y aunque es probable que la mayoría de las empresas y líderes sean conscientes de todas las distracciones más obvias, los expertos dicen que el creciente movimiento de trabajo remoto genera emergentes laborales y de la vida familiar (muy particular para cada uno) pero que va tomando aristas imprevisibles.

Habituados a trabajar en entornos laborales presenciales o a comunicarnos a través del correo electrónico, chats y mensajes de audio, el impacto en la percepción del otro desde la imagen personal y el “fondo doméstico nos plantea un desafío adicional a esta adaptación.

La propia voz y la presencia

Por ejemplo, la forma en que “sonamos en persona a menudo es diferente de cómo sonamos en el teléfono o por la computadora, se puede trabajar para sonar más profesional grabándose a sí mismo y reproduciéndolo, para examinar si tenemos muletillas y evaluar el estilo.

Además podemos anticiparnos a cómo se refleja nuestra imagen a través de la cámara que, por supuesto, siempre creemos distorsiona.

El ruido de fondo

En el ambiente de trabajo que no es más “de oficina , aparecen nuevos sonidos que pueden interrumpir el flujo de la conversación.

Podemos anticiparnos y explicarle a quien está del otro lado sobre el contexto en el que nos encontramos (“pido disculpas pero el perro está alrededor , “tengo a mi hijo al lado haciendo la tarea ) y utilizar el mute.

En cuanto al uso del altavoz: para uno puede sonar tranquilo, pero la persona en el otro extremo de la línea probablemente escuche todos los sonidos de fondo.

Cuidado con los headphones: son convenientes, pero pueden hacerte sonar distante.

Capacidad de respuesta, organización

Priorizar y organizarse al responder a una llamada, mensaje de texto o correo electrónico, dado que todo se da al mismo tiempo, igual que en situaciones habituales, pero en un marco anímico y personal diferente.

Si hay una llamada perdida de alguien importante, pero está en una videoconferencia, podemos mandar un mensaje para avisar que se responderá en cuanto termine la “reunión .

El otro sabrá que estamos prestando atención, y quizás hasta ese ganar tiempo antes de contactarlo nos permita resolver alguna emergencia doméstica que surja.

Higiene

La única manera de cuidarnos hoy es el aislamiento y la higiene. Esto también aplica a las herramientas tecnológicas de trabajo. Son muchos los desafíos en este contexto, algunos que nunca hubiésemos imaginado que surgieran.

Esta situación nos enseñará nuevos hábitos, otras competencias y requerirá que prestemos atención a pequeños detalles.

¿Cómo los líderes sintonizados pueden ayudar con nuevas sensibilidades?

Ayudar a los empleados a gestionar las demandas diarias de su atención es una prioridad adicional de los líderes en este momento, según el especialista de Korn Ferry, Mark Royal. "Es imperativo reconocer que, en este nuevo entorno, hay otras responsabilidades que las personas deberán atender durante la jornada laboral".

Nadie tendrá la solución perfecta, por supuesto. Pero los líderes pueden ayudar a sus equipos a generar espacios de su día para obligaciones laborales y personales. Una estrategia es evitar la programación dispersa, lo que permite concentrarse en el trabajo durante ciertos bloques de tiempo disponibles y evitarlo en otros.

Si hubo un tiempo para que las organizaciones demostraran que realmente ponen a su capital humano primero y valoran un equilibrio entre el trabajo y la vida, ese tiempo es ahora. Ayudarlos a equilibrar el trabajo, la familia y el cuidado personal no es solo un problema de compromiso y productividad, sino que también puede ser un problema de salud y seguridad. Las organizaciones y líderes que no lo entienden se arriesgan a impactar en el compromiso de sus colaboradores ahora y a futuro.