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En Colombia el efectivo sigue dominando las transacciones diarias: encuestas oficiales muestran que la mayoría de los pagos todavía se hacen en billetes, por delante de transferencias y tarjetas. Esa preferencia condiciona cualquier política que busque reducir la circulación física del dinero.

El Banco de la República confirmó que la vieja familia de billetes emitida hace casi una década se mantiene válida, pero que su presencia en la calle es cada vez menor porque la entidad procede a su sustitución cuando llegan a los bancos. El proceso no impide su uso inmediato siempre que los billetes estén en buen estado.

¿Qué billetes se reemplazan y por qué?

La renovación empezó en 2016 con un nuevo diseño orientado a mejorar la seguridad y dificultar falsificaciones. Con el paso de los años, aquellos ejemplares anteriores quedaron en manos de coleccionistas o en circulación residual, y hoy el Emisor los sustituye progresivamente por piezas con mayores elementos de protección.

Colombia cambia sus billete desde 2016 (Fuente: archivo).Andrzej Rostek

La decisión busca reducir riesgos asociados a la falsificación y homogeneizar los medios de pago, pero no supone una retirada masiva inmediata: los comercios deben aceptar los billetes antiguos si son legítimos y no presentan daños considerables.

¿Cómo afecta a los usuarios?

Para la mayoría de los ciudadanos no habrá impacto operativo: si recibe un billete de la familia anterior podrá usarlo para pagar o depositarlo. Cuando esos ejemplares lleguen a los bancos, serán canjeados o descartados por el Emisor en función de su estado.

Solo quienes acumulen piezas raras por interés numismático pueden encontrar mayor valor en el mercado de coleccionistas, pero deben evitar circular con billetes deteriorados o falsos, ya que hacerlo puede constituir un delito grave.

Los billetes viejos continúan siendo válidos para su uso diario (Fuente: archivo).Nelson Hernandez Chitiva

Recomendaciones y controles

El Banco central recuerda que las razones para conservar el efectivo son la rapidez y la costumbre, pero invita a conocer y verificar las medidas de seguridad de los billetes nuevos. Comercios, bancos y usuarios deben estar atentos a las señales de autenticidad y, ante dudas, acudir a las entidades autorizadas.

La sustitución es técnica y paulatina: no cambiará de inmediato la preferencia por el efectivo, pero sí busca un sistema de pagos más seguro y moderno para el país.