

A principios de 2024, el submarino autónomo Ran desapareció en la Antártida, mientras exploraba la base del glaciar Dotson, apodado "el glaciar del juicio final". La nave, de seis metros de longitud y operada por la Universidad de Gotemburgo, Suecia, realizaba una misión para estudiar el derretimiento acelerado de hielo y las corrientes marinas profundas.
La nave recorrió más de 1000 kilómetros en 27 días, incluyendo un trayecto dentro de una cavidad subglacial de 17 kilómetros. Según la profesora Anna Wåhlin, los datos mostraban formaciones desconocidas moldeadas por el flujo de agua y la rotación terrestre.
Los hallazgos de Ran son sustanciales para entender la estabilidad de los glaciares y su impacto en el nivel del mar, especialmente frente al ingreso de aguas profundas que aceleran la erosión de la plataforma de hielo Doston.
Hallazgos sorprendentes bajo el hielo: el recorrido del Ran
El submarino Ran desapareció mientras recolectaba datos científicos inéditos sobre un glaciar en rápido cambio. Según National Geographic, durante su expedición documentó un paisaje subglacial complejo, con formaciones que nunca antes habían sido registradas.

Estas estructuras revelan procesos geológicos y glaciológicos naturales que permanecían ocultos bajo la masa de hielo. Además, los sensores del submarino indicaron que el flanco occidental del glaciar Dotson estaba siendo erosionado más rápido de lo previsto debido a corrientes marinas profundas y fracturas verticales.
Esta información es clave para entender cómo la plataforma de hielo funciona como barrera natural frente a la salida acelerada de glaciares hacia el océano, un factor crítico para mejorar los modelos de predicción del nivel del mar.
Tecnología de vanguardia en entornos extremos
El Ran, desplegado en 2022, representa un avance tecnológico en la exploración polar.
Equipado con sensores de alta resolución y autonomía total, el submarino podía navegar en condiciones extremadamente hostiles sin intervención humana. Esta capacidad permitió la documentación precisa de fenómenos que antes solo podían ser hipotetizados.
Expertos destacan que el uso de estos vehículos autónomos es esencial para estudiar áreas inaccesibles del planeta, especialmente frente a los desafíos del cambio climático. La información recopilada no solo ayuda a entender la dinámica del hielo antártico, sino también a prever posibles impactos globales.












