Los conflictos geopolíticosson cada vez más grandes. Las guerras que se desatan en todas partes del mundo realzan la teoría de una Tercera Guerra Mundial que podría desatarse en el corto plazo. En este marco, son cada vez más los especialistas que hablan de esta posibilidad.
Una de las principales causas por las que iniciaría una Tercera Guerra Mundial es por el roce entre las principales potencias europeas: Rusia, Estados Unidos y China. Las presiones entre los distintos gobiernos podría generar un desequilibrio en la economía global.
Los motivos por los que puede empezar la Tercera Guerra Mundial
Uno de los focos más mencionados por analistas y centros de estudio geopolítico es Taiwán. Diversos expertos, entre ellos el influyente Council on Foreign Relations (CFR) y Elbridge Colby, ex subsecretario adjunto de Defensa de Estados Unidos, han advertido que una confrontación entre China y Taiwán, sumada a una posible intervención militar de EE. UU. y sus aliados, podría escalar con rapidez y desencadenar un conflicto de alcance global.
Colby advierte que, en caso de que China invada Taiwán, Estados Unidos se vería prácticamente forzado a intervenir militarmente para no perder influencia ni credibilidad en la región del Indo-Pacífico. Esta respuesta podría activar la participación de aliados como Japón, Australia y otros países, lo que escalaría el conflicto hacia una confrontación de gran magnitud.
Por otro lado, Ucrania continúa siendo un punto crítico, especialmente si el enfrentamiento con Rusia evoluciona hacia un choque directo entre Moscú y la OTAN. El analista geopolítico George Friedman ha señalado que Europa del Este seguirá siendo un escenario de tensión constante mientras se mantengan las disputas entre Rusia y las potencias occidentales.
¿Podría desatarse una Tercera Guerra Mundial?
El historiador y experto en conflictos internacionales Niall Ferguson ha comparado la tensión actual entre Estados Unidos y China con el escenario previo a la Primera Guerra Mundial, destacando similitudes como la formación de alianzas rígidas, el aumento acelerado del poder militar y las disputas territoriales en regiones clave como Taiwán y el Mar de China Meridional.
En la misma línea de advertencia, el general retirado Ben Hodges, excomandante del Ejército de EE. UU. en Europa, afirmó en 2023 que una victoria rusa en Ucrania, sin una respuesta firme por parte de la OTAN, podría envalentonar al Kremlin a extender su influencia sobre otras exrepúblicas soviéticas. Esto, según Hodges, elevaría considerablemente el riesgo de un enfrentamiento militar directo entre Rusia y la alianza atlántica.