
La majestuosa Confitería del Molino fue inaugurada en 1917 y 80 años después fue declarada Monumento Histórico. Sin embargo, a pesar de cargar con tanta historia, fue abandonada por completo y después de 20 años reabre nuevamente sus puertas.
El viernes reabrió el histórico bar de la Ciudad de Buenos Aires. La renovación comenzó en 2018 y la obra conjunta se dio entre la Ciudad, el Congreso y el Gobierno nacional; con la participación del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana porteño. Pero, ¿qué días está abierta y cuáles son sus horarios?
CUÁNDO SE PUEDE VISITAR LA CONFITERÍA DEL MOLINO
Las visitas son con entrada gratuita, sin embargo se requiere una inscripción previa, y puede hacerse por este link. El recorrido es de 40 minutos totales, y allí pueden acceder a la planta baja, al primer piso, al subsuelo y la azotea; todos esos espacios se encuentran totalmente renovados.
Los primeros cupos fueron agotados por completo. Aún así se encuentran próximas visitas. El próximo lunes 18 de julio se abre una nueva convocatoria para visitar la Confitería el jueves 21 de julio a las 12 hs.

El Gobierno porteño se ocupó de la puesta en valor de la fachada, cubierta y cúpula. Se limpió íntegramente con nebulizaciones: un proceso que logra un lavado profundo sin dañar la estructura inicial. Además, se colocó material, similar al original, para reconstruir los dibujos de los balcones y la reposición de sus faltantes.
Para la cubierta, se limpió y se realizó una nivelación de pisos, así como el recambio de baldosas, revoques y carpintería. A su vez, se mejoró la iluminación exterior. Y para la restauración de la cúpula repusieron sus piezas; desde las cerámicas, sus ornamentaciones, la carpintería y los revoques.

LA HISTORIA DE LA CONFITERÍA DEL MOLINO
Fue inaugurada en 1917 por Constatino Rossi y Cayetano Brenna, ambos reposteros italianos. Se llama de esa manera porque enfrente de la Plaza del Congreso, funcionó el primer molino harinero de todo Buenos Aires. Tiene 5000 metros cuadrados y es uno de los edificios más altos de la Ciudad.
En cuanto al material utilizado, todo fue importado de Italia y se le encargó al arquitecto Francesco Gianotti, quien también estuvo a cargo de la Galería Güemes, en la calle Florida. En 1930, la Confitería fue incendiada y reconstruida nuevamente un año después. Sin embargo, pasó por distintas manos hasta que se produjo su quiebra, en 1978.

Para 1997, fue declarada Monumento Histórico Nacional y, tres años más tarde, fue considerada Patrimonio Histórico del Art Nouveau y la vanguardia de la Belle Époque por la UNESCO.
En 2014, el Congreso Nacional sancionó la ley 27.009 y se procedió a la expropiación de la Confitería del Molino. Desde 2018, el órgano legislativo, así como el Gobierno nacional y la Ciudad de Buenos Aires, iniciaron la restauración del inmueble y hoy en día se lo puede visitar nuevamente.
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