
El hambre emocional hace que muchas personas coman por emociones, no por necesidad, lo que puede causar malos hábitos y problemas de salud. Para controlarlo, existen técnicas efectivas que incluyen la práctica de deportes que sirven para reducir el estrés.
A veces, cuando las personas se sienten abrumadas por emociones como el estrés, la ansiedad o la tristeza, tienden a buscar consuelo en la comida, ya sea comiendo en exceso o, por el contrario, comiendo muy poco.
¿Cómo controlar el hambre emocional?
El hambre emocional está estrechamente relacionado con procesos neurobiológicos que se activan durante situaciones de estrés y ansiedad. Estos estados pueden desencadenar la liberación de cortisol, una hormona que aumenta el apetito y nos lleva a preferir alimentos ricos en grasas y azúcares.
Marta López, psiquiatra del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo, citada en un artículo de Cuidate Plus, explica que estos estados pueden desencadenar la liberación de cortisol a través del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal.
La ansiedad también puede alterar neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, los cuales están relacionados con el estado de ánimo y el sistema de recompensa del cerebro, señala Vanessa Fernández, doctora en Psicología y profesora de la Universidad Complutense de Madrid.

Esto puede llevarnos a comer en exceso, buscando alivio en alimentos calóricosque activan el sistema de recompensa y nos proporcionan una sensación momentánea de bienestar.
Para controlar el hambre emocional, el primer paso es la autoobservación:
- Analizar nuestra alimentación
- Identificar las situaciones que nos llevan a comer por ansiedad
- Reconocer qué alimentos consumimos en esos momentos y en qué cantidades.
Llevar un registro diario de lo que comemos y de nuestros estados emocionales puede ayudarnos a identificar patrones y desencadenantes que contribuyen a la alimentación emocional.
Además, controlar los estímulos es clave. Evitar tener en casa alimentos que sabemos son difíciles de resistir puede ayudar a reducir la tentación de comer en exceso. También es útil establecer límites claros y planificar las comidas con anticipación para evitar comer impulsivamente en respuesta a la ansiedad.
Deportes que ayudan a manejar el estrés
La actividad física regular, como caminar, correr o nadar, no solo mejora la salud física, sino que también es efectiva para reducir el estrés y elevar el estado de ánimo, factores que suelen desencadenar el hambre emocional. Para evitar la pereza y mantener la motivación, considerá:

La combinación de ejercicio regular y técnicas de manejo del estrés es clave para controlar el hambre emocional de manera efectiva. (Foto: Freepik)
Además del ejercicio, es fundamental aprender y practicar técnicas para gestionar el estrés, como la respiración profunda y la relajación muscular progresiva.
Mejorar la calidad del sueño es otra estrategia clave. Mantener un horario de sueño regular y asegurarse de dormir lo suficiente puede ayudar a reducir el estrés y evitar la alimentación emocional.

















