La planeación del retiro laboral representa uno de los momentos más cruciales en la trayectoria profesional de cualquier persona. Sin embargo, lo que muchos trabajadores desconocen es que postergar la jubilación hasta el próximo año podría significar recibir menos dinero mensualmente durante el resto de su vida.
Expertos en seguridad social identificaron situaciones específicas donde esperar hasta 2026 resultaría contraproducente. Las variables económicas actuales, junto con posibles reformas administrativas, están generando una ventana de oportunidad que podría cerrarse en los próximos meses.
Señales claras de que 2025 es tu año para retirarte: no esperes más
Existen indicadores concretos que te ayudarán a determinar si debes proceder con tu jubilación antes de que termine el año. El primero y más importante es haber alcanzado el número completo de semanas requeridas según tu régimen.
Cuando ya cubriste este requisito fundamental, continuar trabajando no necesariamente incrementará tu beneficio económico de manera proporcional. Por el contrario, mantener activa tu relación laboral te expone a potenciales modificaciones regulatorias que podrían endurecer las condiciones de acceso o alterar los métodos de cálculo que determinan el monto final.
Otro factor determinante es la situación de tu ingreso registrado ante el instituto. Si durante los últimos sesenta meses mantuviste percepciones estables o superiores a tu promedio histórico, proceder ahora te garantiza que esos números favorables sean los que definan tu beneficio mensual.
El peligro oculto de tu Afore: por qué el 2026 podría arruinar tu ahorro
Las administradoras de fondos para el retiro experimentaron un periodo particularmente favorable durante el año anterior, generando retornos significativos para millones de cuentas individuales. Este desempeño excepcional colocó los saldos en un punto alto que podría no repetirse en el corto plazo.
Los mercados financieros operan en ciclos y lo que hoy representa un pico de rendimiento puede convertirse en una corrección a la baja. Si tu cuenta creció considerablemente, materializar ese ahorro solicitando tu pensión en las próximas semanas te protege contra la volatilidad futura. Esperar podría significar ver cómo ese saldo ventajoso se reduce antes de que puedas acceder a él.
La inflación añade otra capa de complejidad a esta ecuación. El encarecimiento generalizado de productos y servicios reduce el poder de compra real de cualquier pensión. Fijar tu beneficio mensual con los valores actuales, antes de que los precios continúen escalando, representa una estrategia de protección financiera que muchos pasan por alto hasta que es demasiado tarde.
Edad y cambios normativos: la combinación que podría costarte caro
Cumplir 60 o 65 años durante este ejercicio fiscal abre la puerta a beneficios inmediatos que no deberías desaprovechar. A partir de la primera edad mencionada puedes solicitar la pensión por cesantía; al alcanzar la segunda, corresponde la pensión completa por antigüedad.
La posibilidad de modificaciones legales para el próximo año no es una especulación infundada. Las autoridades del seguro social señalaron en múltiples ocasiones la necesidad de ajustar parámetros para garantizar la sostenibilidad del sistema. Estos ajustes típicamente incluyen incrementos en semanas mínimas requeridas, modificaciones en topes máximos de beneficios o cambios en las fórmulas de cálculo.
Quienes operan bajo el régimen establecido hace más de cincuenta años tienen condiciones generalmente más favorables que el sistema más reciente. Consolidar tus derechos bajo las reglas vigentes te asegura mantener esas ventajas, independientemente de lo que pueda implementarse posteriormente.