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En la vertiginosa era digital, donde la obsolescencia programada acorta la vida útil de smartphones y computadoras, una realidad financiera poco conocida se esconde en los cajones llenos de dispositivos desechados. Lo que muchos consideran como chatarra tecnológica o basura electrónica, es en realidad un depósito valioso de recursos como oro, plata, cobre y aluminio.

Farid Nallim, CEO y cofundador de Reciclarg | Recycling Technology, una empresa de Argentina pionera en minería urbana y reciclaje electrónico, subraya la oportunidad: “Suena loco, pero es totalmente real”, explica al detallar cómo es posible extraer miligramos de oro de las placas base de los aparatos electrónicos.

El dispositivo electrónico que todos desechan pero contiene oro en su interior

No todos los equipos electrónicos tienen la misma concentración de metales preciosos. Nallim aclara que el valor intrínseco de los componentes varía significativamente. Según sus observaciones, “generalmente, los celulares tienen más metales preciosos. Después vienen los servidores, las plaquetas de comunicación, es decir, los viejos equipos de telefonía, los discos rígidos antiguos y los microprocesadores. Esos son los que más material tienen”.

Las placas de celulares antiguos puede contener oro en su interior.

Esta distinción es crucial para la recuperación de metales. La densidad de estos elementos es sorprendente: se estima que una tonelada de plaquetas de celulares puede albergar hasta 300 gramos de oro, una cifra impactante si se considera la monumental escala de descarte electrónico global.

Cuáles son los beneficios de recuperar el oro de los dispositivos

Si bien el oro, la plata y el platino constituyen los “tres grandes metales preciosos que se recuperan”, el proceso de reciclaje electrónico abarca otros elementos de vital importancia económica e industrial. Nallim detalla que también se obtiene “una gran proporción de cobre, que si bien no es un metal precioso, es importantísimo. Y también se recupera mucho aluminio”.

No obstante, hay un componente de creciente interés estratégico: el cobalto. Presente en las baterías de muchos celulares, este mineral es apodado “el oro negro” debido a su alto valor de mercado y a las complejas problemáticas ambientales y humanitarias asociadas a su extracción en regiones como África, lo que convierte a la recuperación tecnológica en una alternativa ética.