Si la Argentina mantiene el cepo luego de las elecciones, la economía se va a contraer fuertemente en 2016. Al igual que en el caso de Venezuela, la mantención de un cepo cambiario generaría rápidamente una importante escasez de productos de consumo masivo, contracción económica e inflación. A diferencia de Venezuela, en el caso de la Argentina la mantención del cepo durante 2016 generaría una fuerte caída del empleo industrial.
La Argentina tiene solo dos opciones en los próximos meses: devaluación o escasez. La razón es simple: se quedó sin dólares. Las reservas internacionales netas son negativas, y el default impide al gobierno emitir deuda en los mercados internacionales. En la jerga de los economistas, cuando hay falta de dólares hay que ajustar por precio (tipo de cambio), o por cantidades (racionamiento).
La experiencia reciente de países de Latinoamérica muestra claramente que es preferible dejar que el tipo de cambio se adapte a la nueva realidad que enfrenta la región. El peso colombiano se fue de 1800 por dólar a 3076 en pocos meses, y la inflación subió solamente al 5,89% anual en octubre, del 2% anual a inicios de 2014, afectada también por el fenómeno de El Niño. Lo mismo ocurrió en otros países como Chile y México.
En Brasil la inflación se disparó más, y llegará al 10% este año, pero porque ajustaron un 60% los precios de la electricidad además de dejar depreciar al Real. Las economías de Colombia y Chile se desaceleraron, pero no se contrayeron, a pesar de la fuerte caída de los precios de sus productos de exportación. En Brasil la contracción económica está más relacionada a sus problemas políticos y fiscales que a la depreciación del Real.
En el caso de Venezuela, las autoridades decidieron ajustar por cantidades. Los importadores consiguen dólares a 6,3 Bolívares, mientras que el paralelo está a 850. El resultado de esta política sobre la clase media es devastador: los pocos bienes que se importan desaparecen del mercado oficial y se revenden en mercados informales, o en Colombia. Así, hay escasez de prácticamente todos los productos básicos y no básicos. La economía se está contrayendo un 10% este año, luego de caer un 4,4% el 2014, y se espera una nueva caída en 2016. La inflación se va a acercar al 300% este año y se va a acelerar aún más en el 2016.
En la Argentina, el impacto de mantener el cepo sobre la escasez y sobre la actividad sería mucho más rápido y pronunciado que en Venezuela, por dos factores relacionados entre sí. En primer lugar, la generación de riqueza y de dólares está mucho más descentralizada en la Argentina que en Venezuela. El 98% de las exportaciones de Venezuela las hace PDVSA, que es del Estado. Entonces sigue exportando más o menos la misma cantidad de petróleo cualquiera sea el tipo de cambio. Pero en la Argentina la generación de riqueza y de dólares está descentralizada. Un peso muy fuerte es letal para esos productores agrícolas e industriales que son la fuente de nuestras exportaciones. Sin devaluación, y con una brecha cambiaria que se incrementaría si se mantiene el cepo, la agricultura y la industria se contraerían en 2016. Además, estos sectores dependen de la importación de insumos, con lo que el mantenimiento del cepo terminaría afectando el empleo industrial en 2016.
Se podría argumentar que los que proponen mantener el cepo solo lo harían por un tiempo, mientras consiguen dólares para aumentar las reservas. Pero esto es una falacia. Si bien hay mucho interés en invertir en la Argentina, no creo que lleguen muchos dólares si no se levanta el cepo. ¿Quién va a invertir en un país donde no puede sacar el fruto de su inversión? ¿Quién va a querer vender dólares a, digamos, 10 pesos, cuando en el paralelo va a estar a 20 o más en este escenario? ¿Quién va a querer prestarnos en este contexto?
Estos argumentos muestran que al final esta discusión es solo una discusión de cuándo es mejor devaluar, si al inicio del nuevo gobierno, o unos meses después. El cepo deberá ser levantado tarde o temprano, ya que no quedan dólares. La respuesta es clara: si se espera, la economía se va a contraer fuertemente; si se actúa rápido, luego de algunas semanas de zozobra, llegarán los dólares y las inversiones que permitirán a la economía crecer nuevamente.
El mantenimiento del cepo no solo haría caer la actividad, sino que también traería más inflación, como es el caso de Venezuela. Siempre se habla del efecto inflacionario que traería una devaluación. Este impacto, sin embargo, puede ser acotado con un programa integral de estabilización. Si, por el contrario, se opta por mantener el cepo sin devaluar el tipo de cambio oficial, la inflación puede terminar siendo mayor. Con el mantenimiento del cepo, la brecha cambiaria aumentaría aún más, porque ya no quedan dólares para regalar a los pequeños ahorristas, que son los que abastecían la oferta en el mercado paralelo. Otra forma de ver que la inflación terminaría siendo mayor en este caso es que depende de la interacción entre la oferta y la demanda de dinero. La oferta va a ser abundante ya que el déficit fiscal seguirá elevado, y ya hay una sobreoferta de pesos en este momento. La demanda de pesos caería, por no decir colapsaría, si se mantiene el cepo. Esto es porque la población saldría rápidamente a desprenderse de sus pesos para comprar bienes, con el fin de estoquearse ante la inminente escasez de productos. La llamada "velocidad de circulación del dinero" aumentaría, y también la inflación como consecuencia. Si no creen en la Teoría Cuantitativa del Dinero, pregúntenle a algún amigo venezolano.