"Recalibración". Esa es la palabra que utiliza Marina Dal Poggetto al analizar qué puede pasar con el dólar en las próximas semanas y cuál va a ser el futuro de la divisa después de octubre.
Para la especialista, quien recientemente fue galardonada por la efectividad de sus proyecciones, existen tres factores que están provocando un "ruido lógico" en el mercado, lo que hace que el dólar se aleje del piso de la banda fijada por el Gobierno.
Este "corrimiento del tipo de cambio" y el aumento en las expectativas de devaluación, señala, responde principalmente a la cercanía de las elecciones de medio término.
"En los meses preelectorales generalmente la presión cambiaria aparece, y esta oportunidad se da un contexto donde el acuerdo con el Fondo [Monetario Internacional] te llevó a sacarle el cepo a las personas, se lo dejaste a las empresas, pero la formación de activos externos aumentó significativamente y está metiendo presión en lo cambiario y probablemente en la dinámica de precios", explicó la economista.
Esa salida del cepo "a medias" es otro factor que Dal Poggetto insiste en tener en cuenta. "Ahora, en los hechos, el esquema está operando sin brecha cambiaria. ¿Qué significa eso? Significa que, en la medida en que vos a las personas les dejas comprar todos los dólares que quieran, si hay brecha, hay negocio. Entonces compran el oficial y venden el financiero. Ese rulo se está llevando el grueso de la formación de activos externos", indicó.
En tercer lugar, apuntó al agro y el fin de la estacionalidad de la cosecha: la menor liquidación de dólares del campo en la segunda mitad del año reduce la oferta.
Por todo esto, Dal Poggetto describe un panorama donde el Gobierno intenta "poner toda la carne al asador" para llegar con aire hasta las elecciones, al mismo tiempo en que las presiones cambiarias, políticas y de financiamiento se van acumulando y obligan al Ejecutivo a pensar un "giro" para después de octubre.
"Recalibración" del esquema cambiario para después de las elecciones
La "recalibración", cree Dal Poggetto, es necesaria para alinear el programa con los términos originales del acuerdofirmado con el FMI en abril.
Este ajuste implicaría corregir el rumbo actual, que se desvió del plan inicial que contemplaba un tipo de cambio más alto y tasas de interés más elevadas para poder acumular reservas. En ese sentido, la economista señaló que el Gobierno "incumplió metas clave" y que, tras los comicios, deberá enfrentar la necesidad de ordenar estas variables.
El principal desafío de este proceso, advirtió, será manejarlo "sin desanclar las expectativas" de devaluación e inflación. El éxito de esta transición dependerá en gran medida del resultado electoral, ya que un desenlace favorable, creen en el oficialismo, podría "descomprimir el riesgo país y reabrir el acceso al crédito".
Esto permitiría un financiamiento más ortodoxo y sostenible que el actual, al cual Dal Poggetto calificó de "bastante pragmático y sui generis" y dependiente de la emisión monetaria.
Ese nuevo escenario post-electoral definiría también el futuro del esquema cambiario, con el objetivo final de abandonar el actual esquema de flotación administrada, que parece sostenerse con intervenciones y controles.
"El anclaje va a aparecer si el techo de la banda es creíble. Y yo creo que ahí van a estar todas las fichas puestas, en tratar que los futuros no sobrepasen el techo de la banda, sobre todo después de diciembre", finalizó.