Cuando Barack Obama visitó Israel en marzo, pronunció un discurso en Jerusalén apuntado a ganarse la simpatía de un público israelí que sentía que no lo conocía demasiado ni confiaba mucho en él.

Atem lo levad (No están solos), afirmó el presidente de EE.UU. en un hebreo con acento norteamericano, canalizando el mismo espíritu de solidaridad que John F. Kennedy invocó en Berlín Occidental en 1963.

Los israelíes ahora recuerdan con tristeza el discurso de Obama después de su decisión de pedir al Congreso autorización para atacar Siria. Cuando se les pregunta cómo se sienten ahora, muchos eligen una palabra: Solos.

Su preocupación no es que Israel queda sola para lidiar con Siria, en cuya guerra el gobierno de Israel y la mayoría de su pueblo no quiere participar.

El temor tiene que ver con el mensaje que le llega al mayor y más poderoso aliado de Siria: Irán.

Benjamin Netanyahu aseguró varias veces en estos días que Siria era un campo de pruebas para Irán.

Los israelíes sienten que si EE.UU. no toma ninguna resolución para castigar al gobierno de Bashar al-Assad por el uso de armas químicas, se está sentando un mal precedente para los esfuerzos tendientes a evitar que Irán desarrolle una bomba nuclear. A Israel ya le inquietaba que el compromiso de Occidental de contener las ambiciones nucleares de Irán estuviera mermando después de que fue elegido presidente el moderado Hassan Rouhani.

Netanyahu, conciente de la delicada posición de Israel en una región donde Assad o Hezbollah podría responder a un ataque norteamericano, pidió a sus ministros que no hablen en los medios sobre Siria.

Se escucha cada vez más gente del gobierno israelí preguntándose si se puede confiar en que EE.UU. detendrá a Irán, contó Mike Herzog, general israelí retirado que hoy es profesor del Instituto de Washington para la Política de Medio Oriente. Si no pueden tomar una decisión cuando se cruza la línea roja en Siria, ¿porqué deberíamos pensar que podrán hacerlo con Irán?

Lo que decidió EE.UU en cuanto a Siria, aseguran los israelíes, puso de manifiesto debilidad en lo que se refiere a la línea roja en el uso de armas químicas, que según el dossier de la inteligencia británica, se atravesó al menos 14 veces antes del ataque en las afueras de Damasco.

EE.UU. dijo que no aceptará un Irán nuclear, pero Israel piensa que esa frase es demasiado vaga. Netanyahu ante la ONU el año pasado señaló que es necesario detener a Irán antes de que acumule suficiente uranio enriquecido para una única bomba.