Largas filas se formaron ayer en los centros de inmigración de todo Estados Unidos. Miles de jóvenes indocumentados esperaban para pedir una prórroga de dos años a su deportación, según un programa implementado por la administración de Obama. La iniciativa permitirá a más 1,7 millones de inmigrantes sin papeles solicitar permisos de trabajo, tarjetas de seguridad social y licencias de conducir.
Barack Obama dijo en junio que la medida se debía a que el Congreso no había promulgado la ley que crearía un proceso para que los jóvenes indocumentados obtuvieran la ciudadanía. Sin embargo, la iniciativa también es vista como una movida política de cara a las elecciones presidenciales.
Los votantes hispanos, que votaron a Obama en las elecciones en 2008, se sentían decepcionados porque el presidente no había cumplido con su promesa de supervisar una reforma inmigratoria integral.
El programa beneficia a inmigrantes que hayan llegado a Estados Unidos con menos de 16 años, sean menores de 31, estudien o sean veteranos militares y no tengan antecedentes criminales. Las personas que cumplan estos requisitos... podrán ahora vivir libres del miedo de una deportación, y podrán contribuir con sus talentos a nuestra gran nación, declaró el director del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU.
