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Para quienes estén buscando realizar una escapada cerca de Barcelona, a 1 hora 40 minutos se encuentra un pueblito medieval, ideal para disfrutar de su arquitectura y paisajes naturales.

Se trata de Camprodón, un extenso municipio del Ripollès, situado en el centro del valle del mismo nombre, donde confluyen el río Ter y el Ritort. El municipio presenta un clima mediterráneo, de montaña mediana y de alta montaña.

En ese sentido, generalmente es húmedo, a causa de las abundantes precipitacionesprovocadas por la afluencia de los vientos de levante y que varía bastante de un lugar a otro. Los inviernos son fríos, pues en la alta montaña puede haber temperaturas extremas con presencia de nieve. Por otro lado, los veranos son frescos y lluviosos.

Por su parte, la villa milenaria ofrece grandes panorámicas de montaña,templos románicos y casas de veraneo modernistas. Cuenta con una rica vida comercial, con paseos y avenidas, y una amplísima oferta gastronómica, deportiva y cultural.

Camprodón: cuál es el origen de este pueblo y en qué destaca

Camprodon era una población dispersa, y en el siglo X, con la fundación del monasterio de Sant Pere, se construyó el primer núcleo de población, la Vila de Dalt. Más tarde, a raíz de la construcción del castillo en el siglo XII, se formó el segundo núcleo, la Vila de Baix. En 1251 se convirtió en villa real y cabecera de veguería.

Actualmente destacan, además de la industria textil, la de la madera y de la alimentación (embutidos y galletas), la ganadería bovina y la porcina. Es un centro importante y tradicional de veraneo y el turismo es una de las actividades económicas importantes.

Además, es cuna del célebre compositor y pianista, Isaac Albéniz: nació en Camprodon en 1860. Varios monumentos, un museo, una calle y el Festival de Música, entre otros, honran su memoria.

Camprodón: qué hacer y qué ver en el pueblito

El Pont Nou

Este puente, emblema de Camprodón, es la imagen más popular de la ciudad. Construido a finales del siglo XII, en su extremo derecho encontramos la puerta de la Cerdanya, lugar de paso obligado para ir a la comarca vecina y elemento que formaba parte de la antigua muralla.

Iglesias románicas

Las iglesias románicas de Camprodón están encabezadas por el monasterio de Sant Pere, templo románico de mediados del siglo XII; la iglesia de Santa María, de estilo gótico y fechada en el siglo XIV; la capilla del Roure, situada a la salida del pueblo, y el convento del Carme, situado en la Vila de Baix.

Paseo de Maristany

El paseo de Maristany, ideado por Bernadí Martorell, es un paseo amplio, flanqueado por hileras de árboles y ligeramente curvado para crear una sensación de infinidad, urbanizado durante los años veinte del siglo pasado.

Paseo de la Font Nova

En el paseo de la Font Nova, remodelado durante la segunda mitad del siglo XIX, se ubicaron las primeras residencias de veraneantes. A lo largo del paseo se pueden contemplar magníficas residencias de familias ilustres.

Las fuentes

Gracias a la confluencia de los ríos Ter y Ritort, encontramos varias fuentes por las que el agua brota de manera natural por todo el municipio.

Camprodón: cómo llegar desde Barcelona en auto

Viajar en coche desde Barcelona hasta Camprodón es una de las formas más cómodas y flexibles de disfrutar de esta escapada al Pirineo catalán. El trayecto dura aproximadamente 1 hora y 40 minutos y recorre paisajes montañosos que anticipan la belleza del destino.

La ruta más directa comienza tomando la C-17 en dirección a Vic y Ripoll, una autovía rápida y en buen estado que atraviesa varias localidades del interior de Cataluña. Una vez en Ripoll, debes enlazar con la C-26 hasta Sant Joan de les Abadesses y, desde allí, continuar por la C-38, carretera que te llevará directamente a Camprodon.

El viaje en auto permite detenerse en pueblos pintorescos como Vic, Ripoll o Sant Joan de les Abadesses, ideales para hacer una pausa cultural o gastronómica antes de llegar a destino. Además, la flexibilidad del coche ofrece la posibilidad de recorrer los alrededores de Camprodón, explorar rutas de montaña o visitar las iglesias románicas de la zona sin depender del transporte público.