

En un contexto global marcado por el auge del proteccionismo comercial impulsado por Estados Unidos, la Unión Europea ha lanzado una ambiciosa estrategia para diversificar sus relaciones económicas hacia Asia Central. En paralelo, España busca estrechar lazos con potencias del Sudeste Asiático, como China y Vietnam, con el objetivo de abrir nuevos mercados y reducir su dependencia de socios tradicionales.
El punto de inflexión fue la primera cumbre UE-Asia Central, celebrada este viernes en la histórica ciudad uzbeka de Samarcanda. Allí, líderes europeos encabezados por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se reunieron con los máximos representantes de Kazajistán, Uzbekistán, Tayikistán, Kirguistán y Turkmenistán para trazar una hoja de ruta común basada en la inversión, la sostenibilidad y el respeto a la soberanía regional.
"La UE ofrece otra vía (...) somos un socio fiable y predecible", expresó Von der Leyen, al destacar que Bruselas ya aporta el 40 % de toda la inversión extranjera en esta estratégica región.

Infraestructura verde y minerales clave
Una de las apuestas más relevantes es el corredor transcaspio, una moderna alternativa a la Ruta de la Seda china, que conectará Europa con Asia evitando el paso por territorio ruso. La CE anunció una inversión adicional de 12.000 millones de euros bajo el paraguas de la iniciativa Gateway, destinada a desarrollar infraestructuras de transporte, energía limpia y conectividad digital en la zona.
En este marco, Von der Leyen subrayó que el proyecto reducirá a la mitad el tiempo de transporte de mercancías, de 30 a 15 días, siempre que se reabran las fronteras entre Armenia, Azerbaiyán y Turquía. "Este es un nuevo capítulo de una larga amistad (...) Nunca socios fiables han sido tan importantes", añadió.
Además, la UE dejó claro que su interés en Asia Central va más allá de la geopolítica: busca garantizar el acceso a metales y minerales estratégicos fundamentales para la transición energética. Desde el litio hasta el titanio, pasando por el cromo y el manganeso, Bruselas quiere asegurar estos insumos sin repetir los errores del pasado.
"Mientras otros actores sólo están interesados en explotar vuestros recursos, la oferta europea es diferente. Queremos ser vuestros socios, queremos crear cadenas locales de valor añadido", afirmó Von der Leyen.
España se proyecta en el Sudeste Asiático
En paralelo a esta ofensiva europea, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, emprenderá la próxima semana una gira por Vietnam y China con un marcado enfoque económico. Acompañado por los ministros de Exteriores y Agricultura, así como por una delegación de empresarios, el jefe del Ejecutivo buscará reforzar la presencia española en dos mercados clave de Asia.
El viaje, que incluirá encuentros con las principales autoridades vietnamitas y una nueva reunión con el presidente chino Xi Jinping, cobra un especial interés tras los recientes aranceles globales anunciados por Donald Trump. Estos gravámenes afectan particularmente a China (34 %) y Vietnam (46 %), lo que abre una ventana de oportunidad para Europa y, en particular, para España.
Desde Moncloa aclaran que la gira no es una respuesta directa al giro proteccionista de EE.UU., pero sí una apuesta coherente con la autonomía estratégica que Sánchez ha defendido en el seno de la UE. "No se trata de sustituir a Estados Unidos, sino de diversificar mercados y reducir dependencias", subrayan fuentes gubernamentales.
Entre los acuerdos que se prevé firmar figura un protocolo financiero con Vietnam para fomentar exportaciones españolas, y un entendimiento con China que aliviará las barreras que enfrenta el sector cosmético español, especialmente afectado por exigencias regulatorias.
Oportunidades para las empresas españolas
En Ho Chi Minh, Sánchez participará en un foro empresarial con firmas vietnamitas, mientras que en Pekín se reunirá con compañías chinas con alto potencial inversor en territorio español. Sectores como la agroindustria, la energía renovable, las infraestructuras y los productos de alto valor añadido, como la cosmética, figuran entre las prioridades.
Esta estrategia tiene un trasfondo económico de peso: España mantiene un elevado déficit comercial con ambos países. La idea es avanzar hacia una relación más equilibrada, facilitando la entrada de productos españoles en estos mercados emergentes con amplio margen de crecimiento.
Una cumbre con eco geopolítico
Aunque tanto Bruselas como Madrid insisten en el carácter económico y pacífico de estas iniciativas, el contexto es ineludiblemente geopolítico. Asia Central es una zona de influencia tradicional de Rusia y China, y la UE está pisando con fuerza en un terreno hasta ahora ajeno.
Además, la declaración conjunta firmada al cierre de la cumbre en Samarcanda no evitó pronunciarse sobre Ucrania. Europeos y centroasiáticos coincidieron en reclamar una "paz integral, justa y duradera", en línea con los principios de la ONU.
"La guerra rusa no es un conflicto local. Es un ataque a los mismos principios del orden internacional", afirmó António Costa, presidente del Consejo Europeo.
El bloque comunitario reiteró su compromiso con la integridad territorial de los Estados y su voluntad de apoyar con todos los medios disponibles un cese de las hostilidades.













