Se descubrió una red que, bajo el disfraz de profesionales financieros, operó una estafa piramidal durante más de quince años. La misma captó a diferentes víctimas, que van desde pequeños ahorradores hasta empresarios consolidados.
El protagonista de esta historia es un gestor y agente de seguros de Vélez-Málaga, detenido por la Policía Nacional en Logroño tras huir de las primeras denuncias. Según la investigación policial, bajo la promesa de inversiones rentables, logró estafar más de cinco millones de euros.
Un fraude a medida del perfil de cada víctima
La arquitectura del fraude se sostiene en un esquema piramidal clásico. El detenido utilizaba el dinero de nuevos inversores para pagar supuestos dividendos a los anteriores, generando una falsa sensación de rentabilidad.
Esta práctica no solo prolongó el engaño, sino que facilitó la captación de nuevas víctimas mediante el "boca a boca" y la reputación local que poseía gracias a una gestoría familiar en Vélez-Málaga.
El estafador prometía inversiones en aseguradoras, proyectos inmobiliarios y adquisiciones directas de inmuebles a precios por debajo del mercado. En todos los casos, emitía recibís a quienes entregaban dinero en efectivo, sin ofrecer información concreta sobre dónde se invertían los fondos.
Según lo que se reveló en la investigación, las aportaciones partían de 30.000 euros y ninguna de las víctimas recuperó el capital ni recibió los beneficios prometidos.
Más de 80 afectados por toda España
Hasta la fecha, más de 80 personas han declarado ante la Policía Nacional, aunque se estima que el número de afectados podría aumentar significativamente.
Para canalizar nuevas denuncias, las autoridades han habilitado el correo velez.judicial@policia.es. La variedad de perfiles perjudicados es enorme: desde pequeños ahorradores a profesionales liberales y empresarios de diversos sectores.
El gestor no solo utilizó su fama de exitoso inversor, sino también un estilo de vida elevado y actos de "generosidad" para convencer a sus víctimas. Invitaciones a eventos exclusivos, gastos pagados y una presencia constante en círculos sociales reforzaban su credibilidad y ampliaban su red de captación. Esa imagen de solvencia fue clave para prolongar la estafa durante más de una década.
El colapso del fraude y la respuesta policial
La estructura piramidal colapsó cuando las primeras víctimas dejaron de recibir beneficios y comenzaron a denunciar. El principal investigado y su pareja fueron localizados y arrestados en Logroño, ciudad a la que se habían trasladado para evadir la presión judicial.
La Policía Nacional ha realizado cuatro registros, tres en Vélez-Málaga y uno en Logroño, incautando documentos y dispositivos electrónicos claves para el avance del caso.
La investigación sigue abierta y centrada en determinar el alcance patrimonial real del fraude. Según fuentes policiales citadas por la agencia EFE, el caso se considera una "estafa en masa" sin precedentes recientes en el país, debido a su duración, sofisticación y número de afectados.
Los investigadores destacan también la adaptabilidad del delincuente, que modulaba su discurso y métodos en función del perfil económico y emocional de cada víctima.