Las herencias son un tema delicado en las mesas familiares, disputas y sentimientos encontrados pueden elevar fácilmente la temperatura en las discusiones más amistosas y entre los parientes menos pensados.
Las líneas de sucesiones establecen una jerarquía y condiciones para definir qué parientes lejanos tienen derecho a recibir una herencia. En la legislación vigente los testamentos contemplan estos casos y los límites para ello.
Cuando los testamentos no son claros es que la discordia puede asomar incluso en el marco legal y los beneficiarios legítimos podrían verse perjudicados.
Estos son los parientes lejanos que podrían reclamar una parte sin testamento
Según el artículo 912 del Código Civil, la sucesión legítima por orden sucesorio se activa cuando una persona fallece sin haber dejado un testamento, el artículo 913 aclara que sin herederos testamentarios, se prioriza a los parientes del difunto, seguidos por el viudo o viuda para recibir la herencia.
El artículo 915 del Código Civil determina la proximidad del parentesco entre el fallecido y sus posibles herederos basado en el número de generaciones. La línea sucesoria puede ser directa, entre ascendentes y descendientes; o colateral si se comparte un ancestro común según explican los artículos 916 y 918.
El artículo 954 es el que establece a los parientes de hasta cuarto grado (Primos hermanos y tíos abuelos) con derecho a heredar sin testamento, excluyendo a quienes se encuentren más allá de este límite. El orden entonces sería:
- Los herederos forzosos, como hijos, padres y cónyuges.
- En ausencia de estos, los hermanos e hijos de hermanos del difunto.
- En ausencia de estos, tíos carnales del fallecido.
- En ausencia de estos, parientes colaterales hasta el cuarto grado.
- En ausencia de estos, la herencia recae en el Estado.
¿Por qué es importante tener testamento?
El testamento es una herramienta esencial para asegurar que la voluntad del difunto sea respetada y para evitar potenciales disputas entre los parientes lejanos o no contemplados por la ley como herederos legítimos.
La legislación sobre sucesiones y herencias ofrece un marco estructurado para determinar a los herederos pero sin un testamento legal la voluntad del difunto importa poco y nada. Sin contar la flexibilidad necesaria que permite este documento.