

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España confirmó que “no es necesario establecer un porcentaje de retirada de aceite de oliva para la campaña 2025/26”. Así lo recoge la resolución publicada este jueves en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
La Dirección General de Producciones y Mercados Agrarios recordó que el criterio de activación está definido en el artículo 4 de la Orden APA/1192/2025, de 27 de octubre, según la cual el mecanismo solo se aplicará si “el nivel de existencias iniciales de esta campaña más las estimaciones de producción alcanzan el 120 % de la media de esta suma de las seis campañas anteriores”.
Sin embargo, de acuerdo con las estimaciones comunicadas por las comunidades autónomas y los datos del Sistema de Información de los Mercados Oleícolas (SIMO), el umbral no se ha alcanzado. En consecuencia, el Gobierno ha optado por no activar el mecanismo.

Una norma de autorregulación esperada por el sector
La decisión llega tras la publicación de la norma de comercialización del aceite de oliva para la campaña 2025/2026, celebrada por el sector. Esta herramienta permite la retirada temporal de hasta un 20 % de la producción para evitar situaciones de sobreoferta que provoquen caídas de precios.
“El sector del aceite de oliva cuenta desde este martes con una norma de comercialización que tiene como objetivo prevenir distorsiones de mercado en el caso de que se diera una importante disponibilidad de aceite, mediante una retirada de producto”, señaló el Ministerio.
No obstante, los propios informes del Gobierno confirman que “no parece que se alcancen los umbrales y condiciones para la aplicación efectiva de la medida”. El aforo oficial prevé una producción de algo más de 1,3 millones de toneladas, lejos de los 1,6 millones necesarios para activar el mecanismo.
Reacciones del sector olivarero
El analista agronómico Juan Vilar consideró que “no va a ser necesario activar este mecanismo porque actualmente la tendencia de precios es creciente, la producción estimada cada vez decrece más por circunstancias climatológicas y el consumo se ha recuperado de una manera plena”.
Desde la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (COAG) valoraron que “la experiencia de campañas anteriores demuestra que contar con herramientas de autorregulación preparadas es esencial para poder reaccionar con rapidez y eficacia cuando se produzcan situaciones de sobreoferta”.
COAG subrayó que la norma beneficia a olivareros y consumidores, ya que evita que los precios en origen caigan por debajo de los costes de producción, algo prohibido por la Ley de la Cadena Alimentaria.
Sin embargo, Francisco Elvira, secretario de COAG Jaén, pidió medidas adicionales: “No basta la autorregulación si luego hay un coladero de aceite por las fronteras que no juegan con las mismas reglas”.
UPA pide mejoras en la norma
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) también aplaudió la norma, aunque instó al Gobierno a mejorarla. “El mercado por sí solo ha demostrado que no es capaz de generar valor para el olivar tradicional”, explicó Jesús Cózar, responsable de UPA en Andalucía.

Según Cózar, la norma “puede en el futuro poner coto a las malas prácticas de los especuladores en el sector que todos sabemos que existen”. No obstante, advirtió que debe limitarse a “la retirada de aceites de peor calidad” y priorizar a los productores que apuestan por la excelencia.
El debate sobre los precios del aceite de oliva
Elvira, de COAG, apuntó que el precio óptimo del aceite de oliva virgen extra debería ser de 5,5 euros el kilo, según el informe del catedrático Manuel Parras. “Teniendo en cuenta que hemos estado en los últimos meses a una media de 3,5 euros el kilo, podemos decir que los productores hemos perdido 100 millones de euros”, señaló.
Por su parte, Cózar destacó que el precio ideal del aceite virgen extra procedente del olivar tradicional debería situarse “en un nivel medio entre los 9 euros de hace un año y los algo más de 3 euros de este año”.
A su juicio, “no todos los aceites que se obtienen del olivar son iguales, ni todos los olivares generan el mismo aceite ni tienen la misma repercusión social y ambiental”.












