El crecimiento exponencial de los drones de combate y los enjambres autónomos ha obligado a las potencias mundiales a explorar nuevas soluciones defensivas.
Los métodos tradicionales, como misiles, radares o interferencia electrónica, enfrentan serias limitaciones cuando los drones se multiplican y operan de forma coordinada, muchas veces sin depender de señales GPS o redes de mando convencionales.
En este contexto, Estados Unidos ha iniciado pruebas con un arma de microondas de alta potencia llamada Leonidas, desarrollada por la empresa Epirus, que podría cambiar las reglas del juego en la defensa contra amenazas aéreas masivas.
Cómo funciona este sistema de combate
El sistema Leonidas emplea microondas dirigidas (ondas electromagnéticas de alta potencia) capaces de interferir con los circuitos electrónicos de múltiples drones al mismo tiempo.
El diseño está basado en módulos de nitruro de galio, lo que le permite operar con mayor eficiencia energética y calor moderado, frente a tecnologías más antiguas menos precisas.
Durante una demostración reciente, el sistema destruyó simultáneamente 49 drones en un solo pulso. En otro escenario, se lanzó una prueba con un total de 61 drones, y Leonidas neutralizó a todos, lo que demuestra tanto su precisión como su capacidad de acción masiva.
Los desafíos de tener este tipo de sistema de defensa
La principal ventaja de Leonidas radica en lo que se denomina la filosofía "uno a muchos": mientras los misiles atacan objetivo por objetivo, este sistema tiene la capacidad de afectar a muchos drones al mismo tiempo, lo que reduce el costo por unidad neutralizada.
También disminuye la necesidad de municiones físicas y puede actuar de manera rápida, incluso en escenarios donde los drones operan de forma autónoma o están dispersos.
No obstante, hay desafíos técnicos y operacionales. La efectividad depende de la línea de visibilidad (los rayos de microondas requieren que no haya obstáculos), del consumo de energía y de las condiciones atmosféricas.
La seguridad también es una preocupación. Es crucial que no cause daño colateral, por ejemplo, a otros aparatos electrónicos sensibles o personal cerca de la zona de exposición. También se deben establecer protocolos éticos y legales para su uso, especialmente fuera de zonas de conflicto.
Qué supone para el mundo este tipo de tecnología
Leónidas no es la única iniciativa de este tipo, pero sí una de las más avanzadas. Estados Unidos ha invertido en este sistema a través del programa IFPC-HPM (Integrated Fires Protection Capability - High Power Microwave) para responder a amenazas procedentes de drones chinos o de grupos no estatales que usan tecnología relativamente asequible.
Actualmente se está trabajando en variantes móviles del sistema, como Leonidas Expeditionary, pensadas para desplegarse desde remolques o vehículos ligeros, lo que permitiría proteger bases avanzadas, puertos o aeródromos de forma más flexible.
También se estudia su aplicación en instalaciones civiles sensibles, como aeropuertos y estadios, donde un ataque con drones podría tener consecuencias graves.