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Conservar una buena salud visual es un factor determinante para la calidad de vida en la tercera edad, especialmente en lo que respecta a la autonomía personal y la seguridad vial. A pesar de ello, un elevado número de jubilados en España descuida la revisión ocular periódica, lo que puede traducirse en problemas visuales no detectados a tiempo.

Las alteraciones en la vista suelen producirse de manera gradual en los jubilados, por lo que muchas veces no se identifican hasta que ya interfieren de forma significativa en la vida cotidiana.

Jubilados y revisión ocular: el hábito de descuidar la salud visual

La vista comienza a cambiar de forma progresiva a partir de los 65 años. Este proceso, muchas veces silencioso, afecta a la capacidad de distinguir detalles, adaptarse a la luz o mantener la visión periférica. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), "casi el 80 % de los ciudadanos presenta algún problema visual", y esta cifra se acentúa en los mayores.

La sensibilidad al contraste -la dificultad para distinguir un objeto de su fondo cuando ambos son de colores similares- es una de las alteraciones más frecuentes y menos percibidas, pero puede suponer un riesgo considerable a la hora de conducir o moverse en espacios poco iluminados.

Sin embargo,muchos jubiladosoptan por acudir al oftalmólogo solo cuando notan una disminución evidente de la agudeza visual o cuando necesitan gafas nuevas, una práctica que, según los expertos, puede tener consecuencias negativas.

Frecuencia recomendada para la revisión ocular en mayores de 65 años en España

La Academia Americana de Oftalmología subraya que la frecuencia adecuada para una revisión ocular en mayores de 65 años es de una cada uno o dos años, incluso si no hay síntomas visibles de deterioro. "Incluso en ausencia de enfermedades visuales evidentes, es común que se produzcan alteraciones en la visión con la edad", advierte la institución.

La recomendación se basa en la necesidad de detectar a tiempo afecciones oculares que, si no se tratan precozmente, pueden derivar en problemas más graves o en una pérdida de visión irreversible.

En España, la DGT también pone el foco en la salud visual de las personas mayores, especialmente en el contexto de la conducción. De hecho, el examen de agudeza visual es el primero que se realiza en los reconocimientos médicos para renovar el permiso de conducir. Aunque la normativa permite conducir con una agudeza visual binocular de 0,5 -con o sin corrección-, se insiste en que debe buscarse "la mejor visión posible".

Además, se recalca que esta frecuencia de revisión cobra aún más importancia en personas con enfermedades crónicas como la diabetes, que pueden afectar de forma directa a la salud ocular. "Revisar tu visión periódicamente" es, según la DGT, una medida fundamental para preservar la seguridad en la carretera y en la vida diaria.