

La vitamina D, conocida por sus múltiples beneficios en la salud ósea y el sistema inmunológico, sigue siendo un tema de debate, sobre todo cuando se trata de cómo conseguirla de manera natural. La médicaIsabel Viña ha dado respuesta sobre la correcta exposición al sol, explicando que, en verano, bastan unos pocos minutos para obtener una cantidad suficiente de esta vitamina esencial.
En su intervención, Viña señala que, aunque el sol es clave para la síntesis de vitamina D, la clave está en encontrar el equilibrio entre aprovechar sus beneficiosy proteger nuestra piel. Sin embargo, insiste en que no se trata de exponerse al sol sin control, sino de hacerlo de manera responsable y sin excederse.
Exposición solar: ¿cuántos minutos son suficientes para sintetizar vitamina D?
Según la doctora Isabel Viña, en verano, con tan solo 7 minutos de exposición al sol en brazos y piernas sería suficiente para sintetizar unas mil unidades internacionales de vitamina D, lo cual es una cantidad adecuada para el cuerpo.
Aunque esta cifra puede variar dependiendo de factores como el tipo de piel, la latitud geográfica o la hora del día, Viña enfatiza que no es necesario tomar el sol durante largos periodos de tiempo para aprovechar sus beneficios.
Viña también destaca que, a pesar de lo breve de la exposición, la protección solar sigue siendo imprescindible, sobre todo en zonas delicadas del cuerpo, como la cara, el cuello y las manos. "Estas son las áreas más vulnerables al fotoenvejecimiento, y además, no son las más efectivas para sintetizar vitamina D", explica la especialista.

La influencia de los disruptores hormonales y otros factores
La médica va más allá y explica que la correcta utilización de la vitamina D también depende de otros factores. Uno de los más relevantes es el impacto de los disruptores hormonales, sustancias químicas presentes en productos como plásticos, cosméticos o pesticidas.
Viña advierte que estos compuestos pueden afectar la capacidad del hígado para activar la vitamina D una vez sintetizada por la piel. Esta interferencia podría explicar por qué algunas personas, a pesar de pasar tiempo al sol, no logran aumentar sus niveles de vitamina D en sangre.
La vitamina D3, que se produce en la piel cuando se expone a la radiación solar, necesita ser convertida en su forma activa en el hígado y los riñones. Si estos órganos no funcionan correctamente, o si se ven afectados por sustancias químicas disruptoras, la activación de la vitamina D se ve comprometida, lo que dificulta su eficacia.












