

La escasez de agua potable es ya una de las amenazas más graves del siglo XXI. Con fenómenos extremos como sequías prolongadas, incendios forestales, y contaminación del aire en aumento, la crisis climática deja de ser una predicción futura para convertirse en una emergencia actual.
En este contexto, Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, ha planteado en el Foro Mundial del Agua una solución tan ambiciosa como directa: instalar plantas desaladoras alimentadas con energía solar para abastecer de agua a todo el planeta.
La propuesta de Elon Musk para evitar el colapso mundial
Durante su intervención en este foro internacional, Musk subrayó que "el planeta está cubierto en un 70% por agua salada" y que los avances tecnológicos actuales hacen posible convertir ese recurso en agua potable a gran escala.

"El coste de las desaladoras ha bajado tanto que ya son una opción económica y sostenible", afirmó. Aseguró que con una superficie de 200 km² de paneles solares sería posible generar la energía suficiente para cubrir el consumo eléctrico de todo Estados Unidos. Esa misma capacidad permitiría alimentar sistemas de desalinización de alto rendimiento.
Además, Musk señaló que un kilómetro cuadrado de paneles solares puede generar hasta un gigavatio de electricidad, una cifra equivalente a una planta eléctrica convencional.
Un riesgo geopolítico inminente
El problema, sin embargo, va más allá de lo técnico. Según la Unesco, 2200 millones de personas carecen de acceso seguro a agua potable, mientras que 3500 millones no cuentan con servicios de saneamiento adecuados.
Esta desigualdad, junto con el avance del cambio climático, está generando tensiones sociales y conflictos regionales en todo el mundo. El primer ministro de Indonesia, Joko Widodo, advirtió en el mismo evento que la falta de agua podría provocar guerras si no se toman medidas urgentes.

Y es que la geografía global de las plantas desaladoras es desigual: de las más de 16.000 instalaciones en el mundo, la mayoría están en países como Arabia Saudí, EE.UU., Emiratos Árabes o España. África y América Latina apenas cuentan con infraestructuras de este tipo.
Beneficios y riesgos de esta propuesta
Aunque Musk confía en la desalinización como solución global, la ONU recuerda que estas plantas generan una gran cantidad de residuos salinos (salmuera), lo que plantea serios problemas ambientales si no se gestiona correctamente.
Además, el propio Musk ha sido objeto de polémica por el impacto ambiental de su fábrica de Tesla en Grünheide (Alemania), donde organizaciones ecologistas han denunciado la contaminación de acuíferos locales.















