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Los frenos son esenciales en cualquier vehículo, ya que permiten controlar la velocidad y mantener la seguridad al conducir. Circular con los frenos deteriorados no solo pone en riesgo al conductor y a los pasajeros, sino también a peatones y otros usuarios de la vía.

Tanto en ciudad, ante semáforos o situaciones inesperadas, como en carretera, una frenada defectuosa puede generar accidentes graves.

Según Euromaster, "Dado que el frenado es tan importante en la seguridad de un coche, recomendamos vigilar varios elementos clave para su óptimo funcionamiento". Esta advertencia resalta la necesidad de prestar atención al estado del sistema de frenos y realizar revisiones periódicas.

El problema se agrava debido al envejecimiento del parque automovilístico español. La edad media de los turismos en circulación es de 14,5 años, y más del 60% de los coches superan la década de vida, lo que aumenta la probabilidad de fallos mecánicos y disminuye los niveles de seguridad.

Además, una de cada cinco revisiones realizadas a vehículos revela fallos en el sistema de frenado, según un estudio de la iniciativa "Elige Calidad, elige confianza" (ECEC), que agrupa a los fabricantes de componentes en España a través de la patronal Asociación Española de Proveedores de Automoción (Sernauto).

Señales de alerta en los frenos que no debes ignorar

Con "dos de cada diez coches en España que presentan problema en los frenos", Euromaster identifica tres señales que pueden indicar problemas en el sistema de frenos:

  • Cambios en la dureza del pedal: si está demasiado duro o demasiado blando.

  • Ruidos o vibraciones al frenar: pueden indicar discos deformados o pastillas desgastadas.

  • Aumento en la distancia de frenado: si el coche tarda más en detenerse, podría significar que las pastillas están gastadas o el líquido de frenos deteriorado.

Aunque no existe un kilometraje único para realizar estas revisiones, se recomienda empezar a controlarlas a partir de los 20.000 kilómetros, sustituyendo componentes como pastillas, discos y líquidos de frenos según sea necesario.

Otros factores que afectan a la seguridad del vehículo

Además de los frenos, expertos recomiendan prestar atención a otros elementos del coche que pueden incrementar el riesgo de accidentes si no se revisan periódicamente:

  • Neumáticos desgastados o mal inflados: afectan la adherencia y la distancia de frenado.

  • Luces defectuosas: reducen la visibilidad del conductor y de otros vehículos.

  • Amortiguadores en mal estado: alteran la estabilidad y el control del coche en curvas o frenadas bruscas.

  • Líquido de dirección o refrigerante: su deterioro puede generar fallos mecánicos inesperados.

Mantener todos estos componentes en buen estado es clave para reducir accidentes y garantizar una conducción segura.

Los coches en España: un peligro de carretera

El envejecimiento de los vehículos en España no solo aumenta los riesgos de accidentes, sino que también tiene un impacto medioambiental. "No son buenas noticias ni para el medioambiente ni para la seguridad vial. Un coche más nuevo es más seguro, más eficiente y contamina menos. Rejuvenecer el parque es una necesidad urgente", explica José López-Tafall, director general de Anfac.

Actualmente, casi 13 millones de turismos tienen más de 15 años y el 62,8% supera la década de vida. Solo cuatro comunidades mantienen una edad media del parque por debajo de la media nacional: Madrid (11,5 años), Cataluña (14,1), Comunidad Valenciana (14,2) y Baleares (14,2). En cambio, Ceuta y Melilla lideran el envejecimiento con 17,7 años, seguidas de Castilla y León (16,6) y Extremadura (16,3).

Pese al crecimiento del mercado de vehículos eléctricos e híbridos, su presencia en España sigue siendo limitada. Apenas el 1,6% de los 31,3 millones de vehículos en circulación están electrificados, con Madrid liderando con un 4,1% de su parque motorizado.

Consejos para mantener tu coche seguro

Para minimizar riesgos y mejorar la seguridad vial, se recomienda seguir estos consejos prácticos:

  1. Revisar frenos y neumáticos periódicamente.

  2. Comprobar líquidos y sistemas mecánicos cada cierto kilometraje.

  3. Sustituir piezas desgastadas antes de que afecten a la seguridad.

  4. Planificar revisiones en talleres certificados o de confianza.

  5. Estar atentos a ruidos, vibraciones o cambios en la conducción.

Cumplir estas recomendaciones no solo protege al conductor y a los pasajeros, sino que también contribuye a reducir accidentes y mejorar la eficiencia del vehículo.