Desde tiempos remotos, los seres humanos han buscado en los objetos naturales una conexión con lo sagrado, lo mágico o lo inexplicable. Piedras con formas curiosas, fósiles o minerales eran considerados no solo rarezas naturales, sino auténticos talismanes de poder simbólico.
Sin embargo, hasta ahora, no existía evidencia arqueológica clara de que en la antigua Roma los fósiles fueran usados con ese fin. Hasta ahora.
Un grupo de arqueólogos y paleontólogos españoles ha confirmado el descubrimiento del primer fósil de trilobites utilizado como amuleto por los romanos.
El hallazgo, realizado en la antigua ciudad de Armea, en Allariz (Ourense), es una pieza única en el mundo romano. Se trata de un pequeño fósil manipulado manualmente para su uso como colgante o brazalete, lo que redefine nuestra comprensión de la relación entre los romanos y las curiosidades naturales.
Hallan un trilobites de uso ritual
El fósil fue encontrado en 2021 en el vertedero de una casa señorial romana datada entre los siglos I y III. Junto a él aparecieron restos de cerámica, hueso y metal.
Según la Universidad Complutense de Madrid, que difundió la noticia, este trilobites es el undécimo fósil de su tipo hallado a nivel mundial en contexto arqueológico, y el sexto usado intencionadamente por humanos.
El estudio, liderado por investigadores de la Universidad de Vigo y la Complutense, reveló que la roca fósil había sido modificada para adoptar una forma semiesférica, mostrando siete zonas de abrasión.
Esto indica un uso continuado como amuleto personal, posiblemente integrado en un brazalete de cuero o como colgante de uso familiar o ritual.
Procedencia remota y ruta de llegada
El trilobites no era originario de Galicia. Análisis tafonómicos demostraron que el fósil provenía de una zona entre Ciudad Real y Badajoz, a más de 400 kilómetros lineales del lugar del hallazgo.
Los expertos reconstruyeron su ruta hasta Galicia a través del comercio minero romano, probablemente por la Vía de la Plata, una de las arterias logísticas más importantes de Hispania. Este itinerario refuerza la hipótesis de que el fósil fue valorado no solo como curiosidad, sino como objeto de reverencia espiritual o de protección mágica.
Un hallazgo que reescribe la historia cultural romana
Este fósil marca un antes y un después en la arqueología romana. Es el primer caso confirmado de un fósil de invertebrado usado ritualmente, lo que extiende la cronología de la interacción humana con fósiles mucho más atrás de lo que se pensaba.
Estos fósiles no solo eran conocidos, sino que eran manipulados, valorados y usados con intención simbólica. Según los investigadores, este tipo de objetos eran probablemente vistos como símbolos de protección o sanación, insertados en contextos mágicos o religiosos.
Su presencia en un entorno doméstico de élite romana sugiere que la cultura material estaba mucho más entrelazada con las creencias que lo que se suponía hasta ahora.
Este descubrimiento, publicado en la revista Archaeological and Anthropological Sciences, abre nuevas líneas de investigación sobre cómo los romanos percibían el mundo natural, y cómo objetos como los trilobites, con millones de años de antigüedad, podían ser portadores de misterio, fe y poder simbólico.