En esta noticia

La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) establece en su artículo 6 que "son nulas y tendrán por no puestas" todas aquellas cláusulas que modifiquen las normas legales en perjuicio del inquilino, salvo los casos en los que la ley permita expresamente lo contrario. Esto significa que pueden haber condiciones que el casero incluya en el contrato, pero que no necesariamente tienen validez jurídica.

Este artículo busca proteger al arrendatario frente a posibles abusos o desequilibrios en la relación contractual. Aunque el inquilino haya aceptado una cláusula que le perjudica -quizás sin saberlo-, la ley actúa como límite: si esa condición contradice un derecho reconocido en la ley, no se aplica.

La cláusula "nula" de los contratos de alquiler

Un ejemplo de cláusula nula es acortar la duración mínima del alquiler. Según la ley actual, si el arrendador es una persona física, el inquilino tiene derecho a permanecer en la vivienda hasta 5 años, aunque en el contrato se indique un plazo menor. Esa condición no tiene efecto legal si el inquilino desea continuar con la relación de alquiler.

Otra cláusula que es igual de inválida podría ser aquella que obligue al inquilino a asumir gastos que le corresponden al propietario, tales como las reparaciones o arreglos de instalaciones del hogar. En estos casos, la LAU establece claramente que es el dueño quien debe cubrir esos costos, y no puede transferirlos al inquilino por contrato.

La ley también admite que algunas condiciones puedan ser modificadas de común acuerdo, pero solo cuando la propia norma lo permite. Si no hay autorización expresa, cualquier modificación que perjudique al inquilino será nula de pleno derecho. El objetivo es garantizar un mínimo de protección y evitar que el arrendatario quede en una situación de inferioridad.

Por esta razón, si estás alquilando una vivienda, no te quedes solo con lo que dice el papel. Los expertos recomiendan revisar bien el contrato y, ante la duda, consultar con un profesional. Podrías estar aceptando condiciones que, en realidad, no tienen ningún valor legal.