La movilidad se enfrenta a un giro importante en España. Conducir vehículos que contaminan costará más, y los titulares de turismos de gasolina o diésel deberán empezar a hacer cuentas.

Según la Ley de Movilidad Sostenible ya aprobada por el Congreso de los Diputados, los ayuntamientos tendrán facultad para imponer nuevas tasas por circulación de coches con motor térmico, incluyendo aquellos con etiqueta B o C de la Dirección General de Tráfico (DGT).

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Qué impuestos y tasas afectarán a este tipo de vehículos

La ley da cobertura a los ayuntamientos para que decidan medidas según sus Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) y el nivel de emisiones de cada coche. No importa si el motor diésel o gasolina es moderno, la normativa permite imponer recargos o tasas a vehículos que hasta ahora estaban exentos.

Fuente: EFEKiko Huesca

Estas nuevas cargas podrían adoptar distintas formas: desde una tasa por acceder a determinadas zonas restringidas hasta un recargo en el impuesto de circulación basado en la categoría medioambiental del vehículo.

En el texto de la ley se menciona expresamente la facultad de los municipios para penalizar “los vehículos que supongan mayor ocupación del espacio público”, lo que abre la puerta para gravar modelos grandes como los SUV.

Cuáles serán los conductores afectados por esta medida

Los conductores que poseen coches con etiqueta B o C están en línea de mira. Según la normativa, no sólo los automóviles sin distintivo medioambiental pueden verse afectados, sino que los térmicos convencionales podrían recibir tasas adicionales en zonas concretas.

Otro factor esencial es el tamaño o el tipo de vehículo: la normativa menciona expresamente que los modelos más grandes -SUV, todoterreno o de mayor cilindrada- podrían considerarse objeto de recargos adicionales. Por tanto, quienes conduzcan coches de gran formato o mayor consumo podrían ver incrementado su coste de uso.

Qué pueden esperar los usuarios de este cambio

Aunque la ley ya está aprobada, la implantación de tasas dependerá de cada ayuntamiento. Esto significa que la cuantía, los vehículos afectados y los plazos serán distintos según la ciudad. Por ejemplo, en Zonas de Bajas Emisiones se podrían establecer tasas por entrar o circular, o recargos en el impuesto de circulación.

Por tanto, los conductores deben revisar:

  • La etiqueta medioambiental de su vehículo (B, C, ECO, Cero).
  • Si su municipio está definido como ZBE o está en proceso de definirlo.
  • Las posibles ordenanzas que aprueben tasas extras o recargos en los próximos meses.

En definitiva, conducir un coche que no es limpio o que usa combustión convencional ya no es únicamente una cuestión técnica o de contaminación, es una cuestión de coste. Prepararse para esa realidad puede marcar la diferencia para el bolsillo.