Timerman,¿quién es tu Dios?", decía el cartel con la foto del Canciller de la Argentina, que ayer sostenía un hombre en la manifestación convocada frente a la sede de la AMIA, en el barrio de Once, con un contundente pedido de Justicia. Tarde o temprano, el ministro tendrá que dar explicaciones, luego de conocerse la denuncia completa del fallecido fiscal Alberto Nisman, en donde lo acusa de ser "el principal instrumentador del plan de impunidad ideado y ordenado por la Sra. Presidente, Dra. Cristina Fernández".
Nisman sostuvo en su denuncia, ahora pública, que "desde su función, transmitió a Irán la decisión del gobierno argentino de abandonar el reclamo de justicia en la causa AMIA; acordó la baja de las notificaciones rojas; signó acuerdos secretos con la parte iraní; participó de las negociaciones, de la redacción y de la firma del Memorando de Entendimiento, pieza central del plan de impunidad. Y se involucró personalmente en la campaña de descrédito y engaño, destinada a destruir la credibilidad de la causa con el fin, dolosamente, de presentar al acuerdo con Irán como la única vía apta".
Con la agresividad discursiva que lo caracteriza, el canciller aseveró antes de la muerte del fiscal y de que se conociera el texto completo de la denuncia: "¿Por qué miente Nisman? Es muy fácil desenmascarar sus mentiras".
En la causa figura como prueba una conversación registrada entre el líder piquetero Luis D´Elía, quien ofició de uno de los mensajeros del gobierno de Cristina, y el agente iraní Jorge Khalil. Allí se asegura: "...hay un poquito de desazón de allá... Desazón... Me parece que el ruso este de mierda [en alusión a Héctor Timerman] se mandó alguna..., estaba firmado algo, donde estaba el tema de las cautelares [en referencia a las notificaciones rojas] también...; Timerman no cumplió con algunas cosas. Esto es así de claro...".
Al igual que la Presidente, en ningún momento el ministro de Relaciones Exteriores explicó, o esbozó una defensa a las gravísimas acusaciones que sostuvo Nisman en su denuncia póstuma. Timerman no sólo deberá sentarse frente a un juez para dar su versión de los hechos, sino que también en la colectividad judía hay enojo y decepción por su accionar como canciller, sobre todo desde la firma del acuerdo con Irán, al que tanto la AMIA y como la DAIA se opusieron sin ser escuchados por el ministro.
Ayer, el rabino Sergio Bergman, diputado nacional por el PRO, acusó a Timerman de ser un "traidor a la patria" y agregó que "lo que se merece Timerman, no es ni la renuncia, ni que uno lo descalifique personalmente, sino que se merece el derecho a ir a un juicio político", por lo que solicitó a los legisladores oficialistas que den quórum "para que él pueda defenderse y, no de ser un miembro de la comunidad judía que traicionó su origen e identidad y un mentiroso, sino como funcionario, porque es un traidor a la patria".
Además, en el plano personal, el rabino sugirió la expulsión del canciller de la colectividad: "La comunidad judía tiene un tribunal de ética comunitario, y hay antecedentes en la historia de la comunidad de haber expulsado a personas que no se condicen con la ética del pueblo judío. Y este es el caso".