Las negociaciones siguen aunque avanzan muy lentamente en el peronismo de la Provincia, donde hay muchos interrogantes que resolver hasta el próximo domingo y apenas un puñado de certezas que van a trascender al escenario electoral de 2025.En esencia, las mayores dudas aparecen por el lado de las candidaturas, esa nómina a la Cámara de Diputados que se define en una mesa de tres. El kicillofismo pretende nombres que sean "síntesis" para todos, que no sean objetados, mientras se afirma que no vetarían la candidatura de Máximo Kirchner, el líder del PJ bonaerense. En La Cámpora, en cambio, si bien no desconocen esa posibilidad, dicen que no tendrían inconvenientes en que sea Axel Kicillof quien dirima la "cabeza" de la lista. Aclaran, sin embargo, que pretenden postulantes "que no se doblen y que representen con cabeza, corazón y coraje", según las palabras del diputado Facundo Tignanelli. Fue él quien puso sobre la mesa un requisito bastante claro: la agrupación que lidera Máximo Kirchner pretende que no haya "Kueiders", en referencia al detenido senador entrerriano que fue electo por el peronismo, que aportó sus votos para leyes centrales del mileísmo y que está sospechado de actos de corrupción. El requisito no sólo supone que no haya candidatos que "se den vuelta" sino que ponen un ejemplo explícito: el cristinismo no quiere saber nada con dirigentes que hayan votado la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional durante el gobierno de Alberto Fernández. Los ojos, por ejemplo, están puestos sobre dos diputados que querrían ser reelectos pero que acompañaron al por entonces oficialismo: el exintendente Julio Pereyra yla dirigente de La Matanza, Brenda Vargas Matyi. Sergio Massa, que ya ocupó el rol de componedor entre las partes hace poco más de un mes a la hora de armar las listas bonaerenses, vuelve a insistir con la "unidad". Como había adelantado El Cronista días atrás, el excandidato presidencial estaría dispuesto a declinar una postulación que le piden desde su espacio. Hoy por la tarde, cerca del dirigente de Tigre aseguraban que no va a ser candidato. "Sergio esta dando cursos en la universidad de Rice en Houston, trabaja en su consultora y estudio jurídico y sigue con la Fundación Encuentro. Está contento de que salvo Grabois, todos los sectores le hayan pedido ser candidato, pero siente que hoy ayuda mas desde afuera de la pelea", dijeron. En esa línea, el exministro de Economía -en una entrevista radial- afirmó: "Lo más importante es que haya una lista de unidad, que el sábado podamos cerrar una buena lista de unidad. Nadie va a quedar conforme, todos tienen que quedar adentro. Es lo único importante para consolidar lo que para mi fue un primer paso que nos puede llevar a un triunfo en septiembre como antesala del posicionamiento en octubre". El cuarto espacio que busca posicionarse es el de Grabois que, como viene adelantando este diario,tensiona las negociaciones tanto en Provincia como en Ciudad aduciendo que ese dirigente es quien mejor imagen tienen según diversas encuestas. El líder de la CTEP sólo responde a Cristina Fernández de Kirchner, pero su aventura rupturista podría tener un efecto paradojal: podría quitarle una banca al peronismo pero no obtenerla para sí. Sin embargo, cerca del líder que supo ser cercano al Papa Francisco muestran números: para conseguir un escaño en diputados, una fuerza debe superar el 5% de los votos y Grabois, en la PASO 2023 sacó más de 8% en la provincia. Adicionalmente se conoció que el PJ Bonaerense cumplirá con el calendario de renovación de autoridades que hoy conduce el propio Máximo Kirchner. Según confirmaron fuentes cercanas al conductor de La Cámpora, se trata del "cumplimiento" de lo que se ordena a través de la legislación. Kirchner fue electo en 2021, a través de un encuentro virtual. Ese mecanismo fue objetado por el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, que inició una batalla judicial y que se distanció políticamente de las autoridades partidarias. Sin PASO que sirvan para dirimir conducciones, el peronismo se expone, tal vez, a una elección interna, en la que podrían participar los sectores más representativos del partido.