El sector privado mantiene el optimismo en el programa económico, aunque conservan algunas dudas sobre el desempeño, en especial de la micro. La confianza en la evolución de variables clave como la inflación y el crecimiento respaldan el optimismo privado. La macro es el gran bastión de la confianza. "Confiamos en el programa de estabilización macroeconómica que está llevando adelante la administración Milei, por su consistencia, disciplina y compromiso sostenido. Esa solidez genera confianza entre inversores y empresas que operan en Argentina, y constituye una señal positiva para el sector privado, dando libertad a los agentes económicos para que desarrollen y maximizan las oportunidades", indicaron desde Amcham. "No obstante, el éxito del proceso económico dependerá del respaldo que reciba el plan de transformación en curso, tanto de los actores políticos de la oposición como de la ciudadanía en su conjunto. Coincidimos en que la estabilización es condición necesaria, pero no suficiente". "Para que Argentina recupere competitividad de manera sostenible, es imprescindible avanzar en reformas estructurales que reduzcan la presión fiscal sobre las empresas, modernicen el régimen laboral para fomentar la creación de empleo formal, limiten la litigiosidad y la industria del juicio y combatan la informalidad, que hoy desalientan la inversión", agregaron desde la cámara de comercio argentino estadounidense. En línea con planteos hechos desde otras entidades, apuntaron sobre la necesidad de la infraestructura: "También es urgente una agenda de infraestructura que, aunque excede el marco temporal de esta administración, sigue siendo una de las principales restricciones al desarrollo de un país competitivo". En materia de inflación, que solía liderar las encuestas como la principal preocupación, las empresas confían en la desaceleración llevada a cabo por el Gobierno. El horizonte expresado en el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central, la inflación rondará a fin de año el 27% interanual. Para el año que viene, estiman que cerrará en 16,2%. El empleo muestra algo de volatilidad, con una caída acumulada de más de 180.000 puestos de trabajo registrados. Los encuestados por el REM confían en que la tasa de desempleo se contraerá hacia fin de año para ubicarse en el 7%, 0,4 puntos menos que la registrada en el segundo trimestre de 2025. Hacia adelante, según la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) de la Secretaria de Trabajo, del 4,6% de las empresas que esperan tener cambios en su dotación de personal, el 2,8% espera aumentarla y el 1,7% espera disminuirla, lo cual deriva en unas expectativas netas de un alza del 1,1%. Sin embargo, en la actualidad, la tasa de entrada (incorporaciones) y la de salida (las desvinculaciones) fueron en mayo de 1,8% y 2,1% respectivamente. Para la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales (ENAC), sobre un relevamiento en más de 300 pymes, el 19% de los encuestados dijo haber despedido personal en el segundo trimestre, mientras que el 14,9% contrató. 8 de cada 10 encuestados dijo que no planea contratar trabajadores en el tercer trimestre del año. El crecimiento es otra de las incógnitas. Mientras que el FMI espera que el PBI crezca en 5,5% puntos este año, los encuestados en el REM proyectan un 5% y un 3,5% para el año próximo. Así, postulan que Argentina rompería la barrera de crecimiento que mostró en los últimos años. En mayo, la actividad creció un 5% interanual, aunque se estancó (-0,1%) contra abril. Uno de los factores que miran con preocupación es el crecimiento de las importaciones. Desde el Gobierno sostienen que se trata de un aumento de las importaciones de bienes de capital, pero crecen de manera acelerada los bienes de consumo y las importaciones minoristas. Especialistas vinculados a la asesoría empresarial sostienen que muchos analizan cómo reconvertirse ante este escenario, aunque subrayan que lo miran con preocupación porque supone su potencial desaparición. Según el Observatorio Pyme, las pequeñas empresas lo tienen entre sus temores principales: "el 42% de las pyme industriales se siente amenazada por las importaciones en el mercado interno, el valor más alto de la serie, superando a 2018 (40%), 2016 (39%), 2009 (36%) y 2008 (37%)". La amenaza varía según el sector y es mayor en Metalmecánica (60%), Textiles, prendas de vestir, cuero y calzado (57%) y Sustancias y productos químicos (44%). Sin embargo, también creció el porcentaje de empresas que perdieron participación en el mercado por importaciones: pasó del 23% en la EC IV-24 al 28% en la EC I-25, similar a 2018 (28%) y superior a 2016 (21%), 2009 (24%) y 2008 (24%). Desde el Centro de Economía Política (CEPA) en base a datos de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT), analizaron que entre noviembre de 2023 y abril de 2025, se redujo la cantidad de empleadores en 15.557 casos. Este escenario configura un retroceso de la confianza. Según el índice de Confianza Empresarial Pyme elaborado por el Observatorio Pyme, en mayo este índice rompió con su tendencia al alza registrada desde el tercer trimestre de 2023. Esta variación deviene de las expectativas de los sectores. En el caso del sector del software, los problemas que visualizan están la expansión y el futuro de la actividad. Aumentó además la incidencia de la preocupación por la inestabilidad social, política y económica. Desde la industria manufacturera sumaron las preocupaciones por la caída de ventas y el aumento de los costos salariales. Por último, la volatilidad experimentada en las tasas de interés las últimas semanas recuperó las dudas por el costo del endeudamiento, factor fundamental en el mantenimiento del consumo y la actividad en el último año. Esto se superpone con un aumento de las situaciones de incumplimiento de los créditos. Según el Banco Central, el nivel de irregularidad del crédito al sector privado continuó ubicándose por debajo del promedio de los últimos 20 años (3,1%). En este marco, el nivel de previsionamiento con el que opera el sector continuó siendo elevado y supera a la cartera en situación irregular en un 29%. En el universo pyme, según ENAC, 6 de cada 10 empresas indicaron que se extendieron los plazos de cobro unilateralmente (59,1% en el segundo trimestre de 2025 contra un 33% del primer trimestre), mientras que 4 de cada 10 empresas indicaron que se incrementó el incumplimiento. (45,1% vs 33,6%).