En las últimas semanas la agenda vinculada al intercambio comercial estuvo casi monopolizada por la decisión de Estados Unidos de imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio. Gestiones y llamados oficiales marcaron el devenir del tema, en un contexto local de creciente déficit comercial, que sólo en los dos primeros meses del año llegó a u$s 1872 millones.

Sin embargo, desde el Gobierno nacional se entusiasman con los resultados que podrían lograrse en algunos meses en cuanto a la apertura de nuevos mercados y la llegada de inversiones. La estrategia de "inserción inteligente" al mundo continúa su curso, basada en acuerdos de comercio que hoy "son lo más relevante", dicen en los despachos oficiales.

No se trata sólo del promocionado acuerdo Mercosur-Unión Europea (UE), que según fuentes gubernamentales podría generar un aumento de las exportaciones cercano a los u$s 1000 millones anuales y aumentar en unos u$s 80.000 millones la Inversión Extranjera Directa (IED), lo que equivaldría a duplicar el stock de IED en el país. Además, el acuerdo supondría un retorno de las ventajas perdidas al quedar fuera del Sistema Generalizado de Preferencias, establecido por Bruselas y una mayor inserción de las empresas argentinas en cadenas globales de valor, un factor clave hoy en la estructura productiva mundial. Todavía falta para la fumata blanca pero ambas partes aseguran que "ahora el acuerdo está cerca".

Además del acuerdo con la UE, el Mercosur lleva adelante un diálogo exploratorio para negociar un tratado de libre comercio con Canadá, una instancia semejante con Japón y el inicio de negociaciones con la Asociación Europea de Libre Comecio (EFTA, por su sigla en inglés), que integran Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza. También finalizó el diálogo exploratorio para un Tratado de Libre Comercio con Corea del Sur.

Los últimos pasos concretos fueron el acuerdo del Mercosur con Egipto en 2017, un mercado de 92 millones de consumidores, y el acuerdo automotor negociado con Colombiam que entró en vigencia el diciembre pasado y permitirá exportar un cupo creciente sin aranceles, hasta las 42.000 unidades (pick ups y autos) por año en 2020 (serían unos u$s 700 millones).

En este marco, hay que recordar también el acuerdo para el fin de la doble tributación de servicios con Brasil, un hecho que impulsará exportaciones de servicios, que ya es el tercer complejo exportador nacional y beneficiará a 46.000 empresas del sector. Justamente, el Gobierno convocará en las próximas semanas a una mesa de competitividad de servicios basados en conocimiento (SBC), para impulsar al sector.

También se está negociando una ampliación del Acuerdo de Complementación Económica ACE-59 con México, está en carpeta una ampliación del acuerdo vigente con la India y hace poco se abrió un hub para empresas argentinas en Emiratos Árabes Unidos, junto a la certificación Halal para exportar alimentos a ese mercado y otros del mundo árabe.

En el caso de China, se negoció un acuerdo con Alibaba para comercializar productos alimenticios a través de esa plataforma, mientras que el caso de los Estados Unidos contempla las negociaciones para que el país sea excluido de los aranceles al acero (25%) y aluminio (10%), y la apertura del mercado para los limones tucumanos.

Al respecto, hace diez días se anunció el reingreso de nuestro país al Sistema Generalizado de Preferencias de Estados Unidos, una medida que fue recibida con entusiasmo en la Casa Rosada y benefiaría a unas 500 posiciones arancelarias. El último año de vigencia del SGP fue 2011, cuando las ventas argentinas bajo esta modalidad llegaron a u$s 464 millones.