Después de haber conseguido en dos maratónicas jornadas, la aprobación de la Ley de Solidaridad y Reactivación Económica, el Gobierno se encamina ahora a la etapa dos de su plan. Se garantizó los recursos y llega la hora prometida de transformarlos en gasto. Alberto Fernández pondrá en marcha esta semana el pago del primer bono de $ 5000 para los jubilados y tiene previsto anunciar en breve la fórmula que deberá utilizar el sector privado para adelantar los aumentos salariales del 2020. También comenzará la distribución de la tarjeta que sustenta el plan contra el hambre. En paralelo, la AFIP tendrá que trabajar tiempo extra esta semana, ya que además de reglamentar el nuevo impuesto a la compra de dólares, también debe resolver las nuevas reglas para Bienes Personales y retenciones, además de las facilidades de pagos habilitadas para las pymes.

Pero no termina en este frente. El Congreso tiene pendientes otros temas que requiere el Presidente, como ser debatir la ley que habilitará la creación del Consejo Económico y Social, el espacio al que podría integrarse finalmente Roberto Lavagna. Fernández también pidió avanzar con una norma que termine de derogar algunos privilegios previsionales que tienen magistrados y miembros del Poder Ejecutivo.

Al primer mandatario le queda todavía otra ronda de diálogo, como el que mantendrá hoy con las entidades del campo, para encausar una pata sensible de los meses que vienen: la evolución de precios y salarios. Con el incremento que tendrán que otorgar las empresas, habrá presión sobre los costos y también presión sobre los valores a los que productos y servicios llegan al consumidor. Pero el Ejecutivo espera contar ahí con el respaldo de los privados para recrear un set de "Precios Cuidados" más amplio, en el que pueda haber una canasta de bienes con aumentos mínimos que sirvan para anclar el IPC durante los primeros tres meses del año.

A Martín Guzmán le va a tocar en paralelo definir las líneas macro. Hoy renovarán un bono en pesos que en buena parte está en manos de inversores externos, un factor que sin duda aportará tranquilidad al mercado. Lo que faltan son pistas sobre el diálogo con los acreedores y el FMI. Hay tiempos mucho más estrechos que los de la política, ya que tienen que ver con la disponibilidad de divisas. Hay deuda en dólares a pagar en los próximos días, y para eso se utilizarán reservas de libre disponibilidad. El BCRA no llegará a cerrar el año con u$s 45.000 millones en sus arcas, pero será por una buena razón: despejar todavía más cualquier especulación sobre un default. Antes de que se despida el 2019, habrá novedades a diario. El orden de aparición y el consecuente timing que apuesta a crear con los anuncios es un resorte que moldea minuto a minuto el Presidente.