

Para muchos ciudadanos en Colombia, escapar del bullicio de la capital no es solo un lujo, sino una necesidad para recargar energía. El ritmo acelerado, el tráfico y el ruido constante de Bogotá pueden generar un desgaste físico y mental, por lo que pasar un fin de semana rodeado de naturaleza se convierte en la mejor medicina.
En este sentido, a menos de tres horas de la ciudad se encuentra un municipio que ofrece paisajes de ensueño y el imponente Salto de Veraguas, una cascada que se erige como un verdadero oasis natural.
Gracias a su cercanía, es una alternativa atractiva para quienes desean respirar aire puro y descansar sin necesidad de viajar todo un día ni gastar demasiado dinero.
El Salto de Veraguas: un refugio natural a solo dos horas de Bogotá
El Salto de Veraguas se encuentra en la vereda Veraguas, a aproximadamente 15 km del casco urbano de Pacho, Cundinamarca, y a unos 90 km de Bogotá, lo que equivale a unas dos horas y media en auto desde la capital.

Este atractivo natural está compuesto por un conjunto de cuatro cascadas que alcanzan un promedio de 25 metros de altura, formadas por una imponente roca que deja deslizarse el agua proveniente de los páramos andinos.
Para llegar a ellas, los visitantes deben recorrer senderos de montaña rodeados de exuberante vegetación, lo que convierte la caminata en una experiencia inmersiva en la naturaleza.
Qué hacer en el Salto de Veraguas: planes sencillos y completos
La visita al salto combina senderismo ligero, fotografía y momentos de descanso junto a la poza natural. Muchas excursiones organizadas salen temprano desde la capital y regresan el mismo día, lo que permite disfrutar sin complicaciones.
También existen operadores que ofrecen recorridos guiados con transporte incluido, ideales para quienes prefieren no preocuparse por la logística.
Si decide ir por su cuenta, primero debe llegar a Pacho; hay buses desde el Portal Norte o desde el terminal del Salitre. Desde allí, se puede tomar un servicio local o moto hasta la vereda Veraguas. El tramo final se recorre a pie por senderos rurales, y la duración de la caminata depende de la ruta que elija, siempre rodeado de vegetación y paisajes andinos.
Consejos prácticos para evitar sorpresas e inconvenientes
Es recomendable llevar agua, calzado de trekking y una chaqueta ligera, ya que la zona tiene clima templado y cambios bruscos de temperatura por la altura. Además, se sugiere evitar los días de lluvia intensa, porque las cascadas crecen y los senderos pueden volverse resbalosos.
Respetar siempre la señalización y a las comunidades locales es clave, ya que muchas rutas atraviesan fincas y veredas.

Si se opta por un plan corto, natural y cercano, el Salto de Veraguas ofrece justamente eso: paisajes para desconectar, rutas para caminar y el sonido del agua como único acompañante. Planificar con tiempo, cuidar el entorno y disfrutar de una escapada que se siente, literalmente, a la vuelta de casa.










