

El Alzheimer de inicio temprano es una forma poco común de demencia que afecta a personas menores de 65 años, y que representa un desafío tanto para los pacientes como para los médicos. A diferencia del Alzheimer de inicio tardío, esta variante puede comenzar entre los 40 y 60 años, y suele manifestarse con alteraciones en la planificación, la percepción visual y el lenguaje, mientras que la memoria puede mantenerse relativamente intacta en las primeras etapas.
Aunque se trata de una enfermedad menos frecuente, su impacto es profundo, ya que interfiere con la vida laboral, familiar y social de quienes la padecen.
La detección temprana y el diagnóstico profesional son fundamentales, ya que permiten implementar tratamientos y estrategias de manejo que retrasan la progresión y mejoran la calidad de vida de los pacientes.
¿Qué es el Alzheimer de inicio temprano y cómo comienza?
El Alzheimer de inicio temprano es una forma poco común de demencia que afecta a personas menores de 65 años. Aunque representa menos del 10% de los casos diagnosticados, su impacto es significativo. Esta variante de la enfermedad, explica Mayo Clinic, puede presentarse en individuos entre los 40 y 60 años y se caracteriza por una progresión rápida y síntomas que difieren del Alzheimer de inicio tardío.

Los primeros signos suelen incluir dificultades en la resolución de problemas, cambios en la planificación de tareas diarias, alteraciones en la percepción visual y problemas con el lenguaje. A diferencia del Alzheimer que se manifiesta en edades avanzadas, la memoria puede no ser la primera función afectada, lo que dificulta la detección temprana y el diagnóstico.
Neurólogo Dr. Alcides Lozano: "El Alzheimer de inicio temprano no afecta tanto la memoria"
El neurólogo Dr. Alcides Lozano explicó, a través de un reel publicado en TikTok, que "lo más frecuente es que el Alzheimer se presente en etapas avanzadas. Sin embargo, hay casos donde se reporta que se presenta antes de los 65 años. Esta es la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano" y añadió que "a diferencia del Alzheimer de inicio tardío, en la de inicio temprano no está afectada tanto la memoria sino otras funciones como las visoespaciales o la función del lenguaje".

Según el Dr. Lozano, estos síntomas hacen que la detección de la enfermedad en edades tempranas sea un desafío y subraya la importancia de la evaluación neurológica profesional ante cualquier señal de alerta. La identificación temprana permite iniciar tratamientos y estrategias de manejo que pueden mejorar la calidad de vida y retrasar la progresión de la enfermedad.









