

La informalidad laboral en Colombia sigue siendo una realidad que condiciona la vida de millones de trabajadores. Los empleos inestables, los contratos de corta duración y los periodos prolongados sin vinculación formal no solo afectan los ingresos del día a día: también interrumpen las cotizaciones a pensión, dejando huecos que se acumulan con el tiempo.
En su más reciente informe, Asofondos advierte que esos vacíos laborales están definiendo, desde edades tempranas, quién logrará pensionarse y quién llegará a la vejez sin un sustento garantizado. El documento revela que muchos colombianos cumplen con la edad de retiro, pero no alcanzan las semanas mínimas requeridas debido a la discontinuidad en sus aportes.
El diagnóstico también evidencia brechas significativas. Las mujeres, más expuestas a la informalidad, las labores de cuidado y los menores salarios, enfrentan mayores barreras para cotizar de manera estable. Aunque los hombres muestran mejores indicadores, tampoco logran mantener trayectorias laborales continuas que aseguren una pensión futura.
Apenas 1 de cada 4 trabajadores logran jubilarse en Colombia
El informe presentado por Asofondos explica que 3 de cada 4 trabajadores pasan más de un tercio de su vida laboral sin cotizar. Esta ausencia de aportes no solo los aleja del derecho a pensionarse: también reduce el valor de las posibles mesadas. Según la entidad, si esos “huecos” laborales se cerraran, las pensiones podrían aumentar entre el 50% y 70%.

Los ejemplos son elocuentes: una mujer de 30 años que empezó a trabajar a los 22 debería haber acumulado ocho años de aportes continuos. Sin embargo, en la práctica solo suma 1,8 años. En los hombres la historia es similar: un hombre de 30 años, con igual trayectoria laboral teórica, apenas alcanza 2,2 años reales.
Golpe a las mujeres: cifras que alarman
Solo 1 de cada 4 mujeres ha logrado cotizar más del 62% del tiempo que debería. Las razones, explica el documento, van desde la falta de formalización hasta la carga del cuidado no remunerado y la inestabilidad laboral. Este panorama deja a miles expuestas a una vejez sin ingresos.
En los hombres, aunque los porcentajes cambian, la tendencia se mantiene: solo uno de cada cuatro ha cotizado más del 67% del tiempo esperado. La brecha de género, sumada a la informalidad estructural, dibuja un reto que el país aún no logra enfrentar.
¿Qué proponen los expertos para cambiarlo?
Asofondos y académicos consultados coinciden en que la solución pasa por fortalecer la formalización laboral, impulsar el empleo estable y ampliar los incentivos para cotizar. El gremio plantea una estrategia basada en productividad, ahorro y participación, con metas claras para cerrar los vacíos de cotización.

Los analistas advierten que cualquier transformación deberá construirse de manera conjunta entre el Estado y el sector productivo. Reducir los huecos de aportes es, según el documento, una condición indispensable para garantizar una pensión digna para las próximas generaciones.













