

En Colombia, el ciclismo es mucho más que un deporte: es una forma de vida. Cada mes de julio, mientras el Tour de Francia se transmite en vivo, las familias se reúnen frente al televisor, los comentaristas relatan cada curva con emoción y miles de aficionados salen a pedalear inspirados por los ídolos de la montaña.
Pero ¿qué explica esta relación tan intensa entre Colombia y la bicicleta? La respuesta mezcla historia, cultura popular, condiciones naturales y una larga lista de ciclistas que dejaron huella dentro y fuera del país.
Una geografía que forma campeones
Colombia es uno de los países con mayor diversidad de altitudes en el mundo. Desde el nivel del mar hasta los más de 3000 metros de altura en ciudades como Bogotá, Tunja o Pasto, las condiciones naturales hacen que los ciclistas entrenen desde jóvenes en terrenos similares a los de Europa.
Las largas subidas, el aire enrarecido y la dificultad del terreno convierten a los colombianos en escaladores natos, capaces de brillar en puertos míticos como el Alpe d'Huez, el Mortirolo o Hautacam. Por eso no es casualidad que los grandes del país se destaquen en etapas de montaña.

De los escarabajos a los ídolos modernos
El término "escarabajo" se popularizó en los años 80, cuando ciclistas como Lucho Herrera y Fabio Parra comenzaron a competir con éxito en Europa. Fue Herrera el primero en ganar una etapa en el Tour de Francia (1984), y Parra el que alcanzó el podio en 1988.
Luego llegaron otros nombres que marcaron época: Rigoberto Urán, Esteban Chaves, Nairo Quintana y, por supuesto, Egan Bernal, quien hizo historia al ganar el Tour de Francia en 2019, convirtiéndose en el primer latinoamericano en lograrlo. Sus hazañas fueron seguidas por millones de colombianos con emoción y orgullo nacional.
Cultura ciclista: de la calle a la televisión
El ciclismo está presente en la vida cotidiana de los colombianos. La Ciclovía dominical de Bogotá, que libera más de 120 kilómetros para bicicletas cada fin de semana, es una de las más grandes del mundo. En muchas ciudades, la bici no solo es deporte, sino también medio de transporte y símbolo de sostenibilidad.

Además, las transmisiones televisivas de las grandes vueltas -el Tour de Francia, el Giro de Italia y la Vuelta a España- se han convertido en eventos nacionales. Durante julio, no es raro que bares, oficinas y estaciones de radio sigan en directo cada ascenso. La bicicleta conecta generaciones, barrios y clases sociales.













