

Un grupo de astrónomos creen haber descubierto una cuasi-luna que habría estado orbitando la Tierra durante décadas sin ser detectada. Denominada 2025 PN7, esta miniluna es en realidad un asteroide que esconde algunos secretos interesantes
El autor principal del hallazgo, Carlos de la Fuente Marcos, de la Universidad Complutense de Madrid, escribió qué 2025 PN7 es la cuasi-luna terrestre más pequeña y menos estable conocida. El fenómeno abre la puerta a encontrar más similares en nuestro espacio cercano.
Confirman el descubrimiento de una cuasi-luna escondida
El descubrimiento de esta cuasi-luna fue publicado en la revista Research Notes de la American Astronomical Society (AAS) el 2 de septiembre. Según el informe, 2025 PN7 tiene tan solo 18 metros de ancho y es lo suficientemente brillante como para ser detectado únicamente con un telescopio de alta calidad.

El periodista francés Adrien Coffinet fue el primero en presentar 2025 PN7 al mundo el 30 de agosto, según Live Science. Según sus cálculos, "podría ser un cuasi-satélite de la Tierra durante los próximos 60 años".
Por qué no se descubrió esta cuasi-luna antes
Ante la pregunta de por qué pasó inadvertido tanto tiempo, de la Fuente Marcos declaró que "es tan pequeño y tenue, y sus ventanas de visibilidad desde la Tierra son bastante desfavorables, que no es sorprendente que haya pasado desapercibido durante tanto tiempo".
Si bien puede parecer que giran alrededor de la Tierra, en realidad son atraídas por la órbita solar, creando un "juego gravitacional" muy llamativo.
El investigador cree que podrían añadirse más cuasi-lunas a la lista y que estos satélites terrestres pueden estar "llenos de sorpresas". Además de 2025 PN7, existen otras siete cuasi-lunas, según la Sociedad Planetaria.
Científicos analizan qué hay en el interior de la Luna
Un análisis publicado en Nature confirmó que el núcleo de la Luna está compuesto por dos capas bien definidas. La externa es fluida y tiene un radio aproximado de 362 kilómetros, mientras que la interna es sólida, con 258 kilómetros de radio. Esta última presenta una densidad cercana a la del hierro, alrededor de 7.822 kg/m3, lo que refuerza la similitud con el eje terrestre.

En conjunto, estas capas abarcan el 15% del radio total del satélite. Con este modelo, los investigadores validan lo que la NASA ya había sugerido en 2011: que la Luna comparte más semejanzas con la Tierra de lo que se pensaba, incluso en su estructura más profunda.











