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En Nepal crece el clamor popular por el retorno de la monarquía ya que cientos de manifestaciones reflejan un descontento generalizado con el sistema republicano, instaurado en 2008 tras una guerra civil que dejó más de 16.000 muertos.

En medio del caos político y la corrupción, un nombre resuena con fuerza como símbolo de esperanza: el príncipe Hridayendra Shah, un joven de 22 años, sin escándalos ni controversias, nieto del último rey del país.

El príncipe se perfila como la figura ideal para liderar un nuevo capítulo en la historia del país asiático, cuya mayoría de ciudadanos profesa la fe hindú.

Quién es Hridayendra Shah, el joven príncipe que podría devolver la monarquía a Nepal

Hridayendra Shah, de 22 años, es nieto del último rey de Nepal, Gyanendra Shah, quien fue depuesto en 2008 cuando el país abolió la monarquía. A diferencia de su padre, el ex príncipe heredero Paras Shah, cuya reputación quedó manchada por escándalos, detenciones y acusaciones de violencia, Hridayendra mantiene un perfil discreto.

Con una imagen limpia y una actitud conciliadora, el joven utilizó sus redes sociales para llamar a la paz durante las protestas recientes: "Difundamos la bondad. Los nepalíes deben apoyarse unos a otros, no destruirse unos a otros", escribió en Instagram. Esta postura lo posiciona como un candidato viable para liderar una nueva etapa en la historia del país, alejada del conflicto y centrada en la reconstrucción nacional.

Por qué crece el apoyo a la monarquía en Nepal tras años de crisis política

Desde hace meses, miles de ciudadanos nepalíes se manifiestan en Katmandú y otras ciudades en favor del regreso del sistema monárquico debido a la inestabilidad institucional, el desempleo, la inflación y la corrupción ha impulsado el resurgimiento de una identidad nacional ligada al hinduismo y la dinastía Shah.

El partido monárquico Rastriya Prajatantra (RPP), que en 2017 obtuvo un solo escaño en el parlamento, logró ganar 14 bancas en las elecciones de 2022 gracias a su agenda pro-monarquía y pro-hindú. Para sus dirigentes, la figura del rey no debe ser la de un gobernante activo, sino la de un "guardián" que represente los intereses nacionales y evite la injerencia extranjera.

A pesar de la oposición de varios sectores políticos, los reclamos populares siguen en aumento, y Hridayendra Shah se consolida como la principal figura en este movimiento de restauración.