La relación entre India y Filipinasacaba de dar un salto histórico con el anuncio de una asociación estratégica en Nueva Delhi. El acuerdo fue presentado como un compromiso para profundizar los lazos en comercio, defensa y cooperaciónmarítima, pero sus implicaciones trascienden lo bilateral.
El contexto lo confirma: ambos países realizaron por primera vez un ejercicio naval conjunto en el disputado Mar de China Meridional y avanzan en el despliegue del sistema de misiles BrahMos, un arma supersónica fabricada en India y considerada una de las más efectivas de la región.
El acuerdo va mucho más allá de los gestos protocolares. Se trata de una alianza que busca consolidar un frente común en áreas clave como el comercio, la defensa y la seguridad marítima. A ello se suma un diálogo institucional inaugurado en 2024, que ha permitido sentar bases para coordinar estrategias en un momento donde el Mar de China Meridional se ha convertido en uno de los puntos más calientes del planeta.
El movimiento genera ruido en todos los frentes. Para China, supone un nuevo obstáculo en su expansión sobre aguas reclamadas por Manila. Para Estados Unidos, implica un socio extra que puede reforzar sus planes, pero también modificar el ritmo de su estrategia en Asia.
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El primer ejercicio naval conjunto se desarrolló en agosto de este año dentro de la zona económica exclusiva filipina. La maniobra fue seguida de cerca por buques chinos, lo que elevó la tensión en un área ya plagada de incidentes entre guardacostas y embarcaciones de distintos países.
Aunque breve, el ejercicio marcó un precedente: por primera vez, la armada india participó en maniobras de alto perfil junto a Filipinas en un territorio en disputa directa con Pekín. Ese gesto, más que militar, fue político y simbólico.
Pero lo que realmente preocupa a los analistas es el despliegue de los misiles BrahMos. Se trata de un sistema de crucero supersónico con un alcance de casi 300 kilómetros, capaz de impactar blancos terrestres o navales con gran precisión.
Las señales que podrían poner en alerta a las grandes potencias
Lo que viene en los próximos meses será decisivo. Si Filipinas avanza con el despliegue de baterías BrahMos en puntos estratégicos de su litoral y sostiene nuevas patrullas conjuntas con India, el escenario podría volverse aún más tenso.
Los corredores marítimos del Mar de China Meridional, vitales para el comercio global, quedarían bajo una red de defensa más compleja y difícil de desafiar. Esto elevaría el riesgo de choques entre guardacostas chinos y fuerzas regionales, un patrón que ya se ha visto en múltiples ocasiones.
La reacción de China será el termómetro a seguir. Pekín ha respondido en el pasado con el uso de su guardia costera, su milicia marítima y, en casos extremos, con el despliegue de buques militares para marcar presencia. Si ahora decide escalar las intercepciones o endurecer sus patrullajes, la fricción podría salirse de control.