

Un informe secreto habría sido filtrado por el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB), publicado y analizado en 2024 por medios internacionales, y revela el supuesto plan de China para expandir su influencia territorial dentro de Rusia.
Según este documento, Beijing buscaría consolidar control o presencia en regiones estratégicas del Lejano Oriente ruso, aprovechando las vulnerabilidades económicas y políticas que enfrenta Moscú.
Esta amenaza ha generado preocupación dentro del Kremlin, que hasta ahora no ha definido una estrategia clara para hacerle frente.
Informe secreto del FSB confirma la creciente influencia china en Rusia
El 11 de junio de 2024, The New York Times publicó un reportaje detallando el contenido del informe filtrado del FSB, confirmando su autenticidad y poniendo en alerta a la comunidad internacional. Poco después, Der Spiegel difundió la versión completa del documento traducido del ruso, permitiendo acceso directo a las propuestas de expansión territorial china.

Simultáneamente, medios como Le Monde y The Guardian ofrecieron análisis profundos sobre las implicancias para Europa, entrevistando a expertos en relaciones entre Rusia y China contextualizando las crecientes tensiones económicas y estratégicas entre ambos países en Siberia y Asia Central. Por su parte, la BBC ratificó, a través de fuentes de inteligencia británica, que el informe es auténtico y representa una preocupación seria para los servicios de seguridad occidentales.
Contexto geopolítico: expansión china en Eurasia y sus efectos sobre Rusia
El informe del FSB se enmarca en un escenario global de creciente expansión diplomática, económica y militar china en Eurasia. Estudios recientes del Center for Strategic and International Studies (CSIS), entre 2022 y 2024, muestran cómo China ha intensificado sus inversiones y su presencia diplomática en países exsoviéticos.

Asimismo, análisis de la RAND Corporation detallan cómo la política exterior china utiliza deuda e infraestructura para aumentar su influencia, desplazando a Rusia de su tradicional esfera en Asia Central. En este sentido, publicaciones del Wilson Center documentan desde 2013 este proceso de desplazamiento progresivo, señalando que la relación entre Beijing y Moscú se vuelve cada vez más asimétrica.
Opciones limitadas para Putin ante esta amenaza
Ante esta realidad, el Kremlin enfrenta un momento crítico. Expertos citados por Reuters en 2024 advierten que la falta de una respuesta clara y estratégica podría acelerar la pérdida de control en regiones clave, debilitando la soberanía rusa.
Moscú ha intensificado esfuerzos diplomáticos para contrarrestar la presión china, pero las sanciones internacionales y los conflictos internos complican la elaboración de un plan sólido. Las alianzas tradicionales también están en transformación, dificultando la conformación de un frente unido frente a la expansión china.













