En esta noticia
- ¿Cuándo termina oficialmente el racionamiento?
- Niveles de embalses: la clave para tomar la decisión
- Lluvias del 2025: un alivio inesperado
- Bogotá entra en un nuevo año hidrológico
- Inversión en infraestructura, otra pieza del rompecabezas
- Galán y un mensaje a la ciudadanía
- Bogotá no puede bajar la guardia: el llamado a la conciencia
Después de un año de restricciones sin precedentes, Bogotá por fin respira aliviada: se levanta el racionamiento de agua de forma permanente. Así lo anunció Carlos Fernando Galán, alcalde de la capital, quien calificó este periodo como "la crisis de agua más grave en la historia de Bogotá".
La noticia fue oficializada en la mañana del jueves 10 de abril, en una rueda de prensa en la que también participó Natasha Avendaño, gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB).
¿Cuándo termina oficialmente el racionamiento?
El racionamiento de agua en Bogotá llega a su fin el sábado 12 de abril de 2025, a las 8:00 a.m., luego de 34 ciclos de cortes sectorizados. Esta decisión histórica fue tomada con base en criterios técnicos, climáticos y de abastecimiento, según explicó el propio alcalde.
Niveles de embalses: la clave para tomar la decisión
Una de las razones más contundentes para levantar la medida fue el cambio en la tendencia de los niveles de los embalses. El sistema Chingaza, fundamental para el abastecimiento de agua en Bogotá, superó con creces las proyecciones de recuperación. En abril del 2025, Chingaza alcanzó los 118 millones de metros cúbicos, un salto significativo respecto al 2024, cuando solo se contaba con el 16,52% de su capacidad.
Lluvias del 2025: un alivio inesperado
Las lluvias intensas registradas durante marzo y abril del 2025 jugaron un papel determinante. Se registró un 23% más de precipitaciones que el promedio histórico en el sistema Chingaza, lo que aceleró la recuperación de los embalses. Solo en abril, se recolectaron más de 10.5 millones de metros cúbicos adicionales, superando el 80% de llenado proyectado.
Bogotá entra en un nuevo año hidrológico
Galán subrayó que el levantamiento del racionamiento no es una medida provisional: "Esto nos permite garantizar que este año hidrológico, de aquí a marzo del 2026, está garantizada el agua". Este nuevo ciclo marca un punto de inflexión en la gestión del recurso hídrico en la capital colombiana.
El nuevo año hidrológico es un concepto que se usa para describir el ciclo natural de lluvias, almacenamiento y uso del agua en una región, y no coincide con el año calendario tradicional. En Colombia -y particularmente en Bogotá-, este ciclo suele comenzar en abril y termina en marzo del año siguiente.
En el altiplano cundiboyacense (donde se encuentra Bogotá), abril marca el inicio de una de las temporadas más lluviosas del año. Es cuando comienzan a llenarse naturalmente los embalses como Chingaza y Chuza, que abastecen de agua potable a la ciudad.
¿Para qué sirve?
El año hidrológico se usa para:
Monitorear el comportamiento de las lluvias y el almacenamiento de agua.
Tomar decisiones de planeación y gestión del recurso hídrico, como restricciones o inversiones en infraestructura.
Comparar datos con años anteriores y proyectar escenarios futuros.
En el caso del fin del racionamiento en Bogotá, el alcalde Galán explicó que esperaron a que comenzara este nuevo año hidrológico y se confirmara una tendencia clara de aumento en los niveles de los embalses. Solo entonces consideraron seguro levantar la medida.
Inversión en infraestructura, otra pieza del rompecabezas
Otro factor clave en esta recuperación fue la ampliación en la capacidad de la planta de Tibitoc, que pasó de proveer 4 millones a cerca de 8 millones de metros cúbicos de agua. Esta expansión permitió aliviar la presión sobre el sistema Chingaza y mejorar la distribución en la ciudad.
Galán y un mensaje a la ciudadanía
Durante la rueda de prensa, el alcalde Galán destacó la participación activa de los bogotanos, quienes redujeron el consumo de agua en un esfuerzo colectivo. "Gracias por la paciencia y colaboración. Esto se logró porque la ciudadanía también cambió su comportamiento voluntariamente", expresó Galán. El consumo bajó de 17.72 a 16.24 metros cúbicos por segundo, generando un ahorro total de más de 46 millones de metros cúbicos, equivalentes a 18.625 piscinas olímpicas.
Bogotá no puede bajar la guardia: el llamado a la conciencia
Aunque el panorama es más alentador, Galán hizo un llamado a no olvidar lo vivido: "Tenemos que trabajar en reducir el consumo y en las medidas de largo plazo para que Bogotá no vuelva a vivir esta situación". A pesar del fin del racionamiento, se insiste en mantener hábitos de consumo responsables y seguir apostando por una cultura de cuidado del agua.