El presidente colombiano, Gustavo Petro, pidió este domingo detener el envío de mercenarios desde Colombia hacia conflictos internacionales, tras un llamado del primer ministro de Sudán, Kamel Idris. El líder africano denunció la presencia de exmilitares colombianos en su país, combatiendo junto a las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
A través de un mensaje en la red social X, Petro instó a los jóvenes exsoldados y exoficiales colombianos a no dejarse reclutar por organizaciones extranjeras que los llevan a morir en guerras ajenas. La declaración se produjo luego de que Idris solicitara a Colombia poner fin al reclutamiento de combatientes en medio del asedio a la ciudad de Al Fasher, en Darfur Norte.
Según consignó EFE, la denuncia sudanesa se conoció pocos días después de que el Ejército de ese país reportara la muerte de decenas de mercenarios colombianos en el derribo de un avión emiratí, en una zona controlada por las FAR. El hecho reavivó el debate sobre la participación de exmilitares colombianos en conflictos internacionales y la necesidad de regular este fenómeno.
Gustavo Petro y el llamado a detener a los mercenarios
El presidente Gustavo Petro utilizó la red social X para advertir contra el mercenarismo que, según denuncias recientes, involucra a exmilitares colombianos en el conflicto sudanés. Su mensaje fue claro: No morir en guerras ajenas.
Las palabras del mandatario se produjeron poco después de que el primer ministro de Sudán, Kamel Idris, pidiera a Colombia frenar el reclutamiento de mercenarios que supuestamente combaten junto a las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR). Los señalamientos no son menores.
En días pasados, medios oficiales sudaneses informaron de la muerte de decenas de mercenarios colombianos tras el derribo de un avión emiratí en Darfur, zona controlada por las FAR. El episodio habría evidenciado la magnitud del reclutamiento de exsoldados en guerras extranjeras, un fenómeno que preocupa cada vez más a la comunidad internacional.
Colombia, Sudán y la polémica sobre mercenarios
El trasfondo de la acusación también tiene un ángulo político. En julio, Rusia denunció la presencia de mercenarios colombianos en Ucrania, lo que sumó presión al debate. En respuesta, el Mulino colombiano radicó un proyecto de ley para adherirse a la Convención Internacional contra el Reclutamiento, Utilización, Financiación y Entrenamiento de Mercenarios, vigente desde 1989 en la ONU.
La medida busca cerrar la puerta a empresas u organizaciones que contratan combatientes colombianos para conflictos que no tienen relación con su país. En el caso de Sudán, el pedido de Idris apuntó a que Colombia contribuya a terminar con el asedio de la ciudad de Al Fasher, último bastión del Ejército sudanés en Darfur Norte. Así, las palabras de Petro no solo responden a una denuncia externa, sino que también buscan enviar un mensaje interno: la guerra en tierras lejanas no debe llevarse vidas colombianas.