Finalmente, la mayor distribuidora de gas del país, con 2,2 millones de clientes en Capital Federal y GBA, también se convertirá en una empresa nacionalizada. Si bien el proceso no es similar al de Aerolíneas Argentinas o YPF, el Gobierno asumirá el control gracias a la petrolera estatal, que ya era accionista de Metrogas y que desde ayer se convirtió en el controlante de la distribuidora.

Lo hizo tras hacer uso de la opción para adquirir el 54,67% de las acciones de Gas Argentino (GASA), holding controlante de Metrogas, a British Gas (BG), pasando así a controlar de manera indirecta el 70% de la distribuidora.

La decisión frena el ingreso de Daniel Vila y José Luis Manzano, quienes el 15 de noviembre habían suscripto un acuerdo con BG para quedarse con las acciones del grupo británico en GASA. El convenio contemplaba que su subsidiaria Integra Gas Distribution LLC, se quedara con el 55% de GASA y el 7% del capital de Metrogas.

Pero el acuerdo estaba supeditado a que YPF no hiciera uso de su derecho de compra preferente, lo cual terminó haciendo ayer. A través de un comunicado, el cual la petrolera estatal explicó que la decisión tiene como objetivo hacer de Metrogas una empresa más eficiente y rentable, asumiendo por primera vez la gestión de una de las compañías de distribución de gas más atractivas de América Latina.

Para YPF, Metrogas es una empresa fundamental para la matriz energética del país, y el trabajo entre YPF y el Estado Nacional permitirá recuperar su valor, la eficiencia y el buen desempeño en el mercado en el que se desarrolla.

De esta forma, YPF asume el control total de GASA. En tanto, el 30% restante de Metrogas que no pertenece a GASA se distribuye entre las acciones que cotizan en las Bolsas de Buenos Aires y de Nueva York (20%), y un 10% adicional que está en manos de sus empleados, a través del Programa de Propiedad Participada.

YPF ya había intentado quedarse con las acciones de BG en GASA y Metrogas durante la gestión de la española Repsol y de la familia Eskenazi, pero no tuvo suerte. Luego, una vez estatizada, la petrolera cambió sus representantes en el directorio de Metrogas por ejecutivos designados por el viceministro de Economía, Axel Kicillof, y por el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido.

Fuentes del sector ligaron el incremento accionario de YPF en Metrogas con el aumento de la tarifa del gas natural en boca de pozo para los campos nuevos de u$s 2,5 hasta u$s 7,5. Es decir, una suba del 200%.

También con la creación de un cargo fijo que deberán cobrar las distribuidoras de gas y energía y cuya recaudación financiará obras de infraestructura que deben encarar las empresas para mejorar los servicios.

Las fuentes especularon con que se trata de una decisión política por parte del Gobierno de impedir en estos momentos el ingreso de Vila y Manzano para beneficiar a YPF. Pero no descartan que en un futuro los empresarios adquieran una porción minoritaria de Metrogas y se asocien a la petrolera estatal.

La situación financiera de Metrogas, intervenida por el Gobierno desde junio de 2010, es crítica, con tarifas que llevan más de una década congeladas, costos que se incrementan a la par de la inflación real, una caja agotada y un pasivo que en lo que va del año ya acumula $ 82,6 millones de pérdidas.

La distribuidora presentó el año pasado concurso preventivo de acreedores y debió renegociar el pago de un pasivo por u$s 230 millones con sus acreedores. Gracias a este acuerdo, logró una quita de 46,8% y la extensión de vencimientos hasta 2018, con una tasa de interés del 8,875%. Este convenio permitió a la compañía reducir su deuda a u$s 138 millones.

Sin embargo, en septiembre pasado volvió a tener dificultades para cancelar las obligaciones con sus proveedores a los que viene abonando de manera desdoblada debido a que casi se ha quedado sin capacidad para generar fondos frescos que le permitan sostener sus operaciones.