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La fisura anal es una pequeña ruptura o desgarro en el revestimiento del ano, que puede causar dolor y sangrado durante las evacuaciones. Esta condición es común y puede afectar a personas de todas las edades. La información es compartida por Mayo Clinic.

Las fisuras anales suelen ser el resultado de un estreñimiento severo o de la diarrea y pueden ser muy incómodas. El tratamiento puede incluir cambios en la dieta, medicamentos y, en algunos casos, procedimientos quirúrgicos.

¿Cuáles son los síntomas de la fisura anal?

Algunos síntomas de la fisura anal son:

  • Dolor al defecar.
  • Dolor después de defecar que puede durar varias horas.
  • Sangre roja brillante en las heces o el papel higiénico después de defecar.
  • Una grieta visible en la piel alrededor del ano.
  • Un pequeño bulto o acrocordón de la piel cerca de la fisura anal.

Cuándo consultar con el médico

Consulta al proveedor de atención médica si sientes dolor al defecar o si notas sangre en las heces o el papel higiénico después de una deposición.

¿Cómo saber si una persona tiene fisura anal?

El diagnóstico de una fisura anal generalmente comienza con una consulta sobre los antecedentes médicos del paciente y un examen físico que incluye una inspección suave de la zona anal. En muchos casos, la fisura es visible durante este examen, lo que permite al proveedor de atención médica realizar un diagnóstico preciso sin necesidad de pruebas adicionales.

Existen dos tipos de fisuras anales: agudas y crónicas. Las fisuras agudas se asemejan a cortes recientes, mientras que las crónicas son más profundas y pueden presentar crecimientos carnosos. La ubicación de la fisura también puede indicar causas subyacentes y si se sospecha de un trastorno adicional, se pueden recomendar pruebas como anoscopia, sigmoidoscopia flexible o colonoscopia, dependiendo de la edad y los síntomas del paciente.

¿Cómo prevenir y tratar la fisura anal?

Para tratar o prevenir la fisura anal, es fundamental mantener las heces blandas mediante una dieta rica en fibra y un adecuado consumo de líquidos. Además, se recomienda realizar baños de asiento en agua tibia durante 10 a 20 minutos varias veces al día, especialmente después de defecar, lo que ayuda a relajar el esfínter y favorece la cicatrización.

Si los síntomas persisten, se pueden considerar tratamientos no quirúrgicos como la aplicación externa de nitroglicerina, que aumenta el flujo sanguíneo a la fisura y ayuda a relajar el esfínter anal. También se pueden utilizar cremas anestésicas tópicas para aliviar el dolor o inyecciones de Botox para paralizar el esfínter y reducir los espasmos.

En casos de fisura anal crónica que no responden a otros tratamientos, la cirugía puede ser una opción. La esfinterotomía lateral interna es un procedimiento común que corta una pequeña parte del músculo del esfínter, promoviendo la cicatrización y reduciendo el dolor, aunque conlleva un mínimo riesgo de incontinencia.