En el ámbito espiritual, septiembre es un periodo de transición entre el final del verano y el inicio del otoño, momento ideal para hacer rituales de limpieza y renovación energética. Entre estas prácticas destaca la quema de laurel, una costumbre ancestral que perdura hasta el día de hoy.
Los rituales de este tipo funcionan como un medio para reconectar con la naturaleza y equilibrar la energía de los espacios. Esto aleja cualquier tipo de carga negativa y favorece el bienestar.
Conoce el truco sencillo para atraer el éxito y lleva a cabo el ritual más popular del mundo. Así podrás canalizar la energía, estimulando la claridad mental, la acción y la motivación.
¿Cuándo es el mejor momento para hacer el ritual del laurel?
La tarotista Cordelia (@cordeliatarot) sugiere días específicos en los que el ritual del laurel se potencia gracias a los ciclos energéticos y lunares:
Lunes 1: activar la buena suerte del mes.
Martes 9: abrir caminos laborales y nuevas oportunidades.
Jueves 18: atraer ingresos económicos.
Viernes 19: fortalecer lazos afectivos y vínculos amorosos.
Domingo 28: suavizar tensiones o mejorar relaciones.
Martes 30: favorecer la comunicación con personas importantes.
¿Cómo hacer el ritual del laurel?
Corina Mendoza recomienda un proceso sencillo pero cargado de intención:
Materiales
Hojas de laurel secas
Recipiente resistente al fuego
Cerillos o encendedor
Afirmación o deseo escrito en la hoja (opcional)
Procedimiento
Ventilar el espacio abriendo puertas y ventanas.
Encender el laurel en el recipiente.
Permitir que el humo recorra el hogar, llevándolo a cada rincón.
Repetir afirmaciones como "La armonía llena mi hogar" o "La prosperidad fluye en mi vida".
Asegurarse de apagar bien las brasas al finalizar.
¿Para qué es bueno quemar laurel?
A continuación, los beneficios de la quema de laurel:
Purificación energética: limpia ambientes cargados, promoviendo paz y equilibrio emocional.
Atracción de prosperidad: se asocia con la abundancia, sobre todo cuando se escriben deseos en las hojas antes de quemarlas.
Bienestar emocional: su aroma relaja, reduce la ansiedad y aporta claridad mental.
Impulso creativo: estimula la concentración y ayuda a superar bloqueos, lo que lo convierte en un aliado para quienes trabajan en proyectos intelectuales o artísticos.
Incorporar este ritual puede servir como un punto de renovación personal, equilibrando energías y potenciando estados de calma, enfoque y vitalidad.