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La Inteligencia Artificial (IA) dejó de ser una tendencia exclusiva de Estados Unidos. En México, compañías como Oxxo, Coca-Cola Femsa, Bimbo, Cemex, Coppel y Walmart de México y Centroamérica ya la integran en distintas áreas para elevar la eficiencia operativa y reducir costos. Pero su adopción masiva abre también desafíos en talento, infraestructura y retorno de inversión.

El Índice de Tendencias Laborales de Microsoft indica que el 89% de los líderes empresariales en México planean incorporar agentes digitales a sus equipos; en tanto que el 41% ya automatiza procesos con IA.

Por otro lado, 65% de los trabajadores utiliza estas herramientas, de ellos, 32% las percibe como un aliado directo en su desempeño diario.

Gigantes mexicanas con IA

Las grandes empresas mexicanas han encontrado en la IA un catalizador para resolver problemas de operación, inventarios y logística. Al tiempo que buscan crear nuevas soluciones para incrementar sus ventas.

Coca-Cola Femsa integró IA en su plataforma omnicanal Juntos+, que recomienda a pequeñas tiendas los productos ideales según patrones de compra y lealtad. El objetivo: pedidos más precisos y una cadena de suministro más eficiente.

Un ejemplo de crear con la información recabada es el de Oxxo, el gigante de las tiendas de conveniencia de Femsa, que desarrolló Retina Media, un proyecto basado en los datos de su programa Spin Premia, para afinar estrategias publicitarias dentro de sus tiendas, detectando preferencias y comportamientos de consumo con detalle.

Para Grupo Bimbo, la IA ha sido un habilitador para gestionar inventarios globales, responder a la demanda en tiempo real y alinear su producción con metas de sostenibilidad. La empresa reporta reducciones del 15% en costos operativos y una disminución del 20% en tiempos de inactividad, resultados difíciles de lograr con métodos tradicionales.

Los retos de la nueva tecnología

Los casos muestran que la IA generativa, evolución del machine learning, ya no solo automatiza; interpreta, predice y aprende del comportamiento del negocio, expandiendo los márgenes de eficiencia disponibles.

Aunque la promesa es clara, no todas las compañías que han implementado IA ven resultados inmediatos. La razón, explican analistas de McKinsey, es que la tecnología depende de factores estructurales que aún no están maduros en muchas organizaciones.

“El estado de la IA: cómo se transforman las organizaciones para capturar valor”, de la consultora, revela que las empresas que adoptan IA han tenido que contratar especialistas en datos, modelado, ciberseguridad y arquitectura tecnológica.

Por otro lado, detalla que será relevante tener datos limpios y estructurados ya que existen empresas que incluso no tienen definido el objetivo a mejorar. Con ello, también se deberá capacitar a los equipos técnicos para mejorar la información.

Esto detona posibles nuevas inversiones como infraestructura, energía o las propias contrataciones.

La discusión ya no es si las empresas mexicanas deberían implementar IA, sino cómo y con qué velocidad hacerlo para no perder competitividad frente a sus pares globales.