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Cuando una ciudad entra en fase de obras y se remueve el subsuelo, pueden aparecer hallazgos inesperados. Tal es el caso de Ibiza, España, donde encontraron una escultura grecorromana de Hércules, elaborada en madera hace unos 1.700 años.

En el marco de una excavación para levantar viviendas de la zona, se halló una pieza arqueológica a dos metros de profundidad en un contexto excepcional: estaba sumergida en aguas subterráneas, condición que resultó clave para su conservación.

La arqueóloga Glenda Graziani, integrante del equipo dirigido junto a Juan José Marí Casanova, destacó que esta situación permitió una “preservación excelente” de materiales orgánicos. Entre ellos se recuperaron maderas, semillas, una suela de cuero, restos de higos e incluso una granada aplastada.

Detalles sobre el descubrimiento de Hércules en Ibiza

Glenda Graziani señaló que el yacimiento permaneció en un entorno sin oxígeno, con humedad y temperatura estables, una combinación poco común en excavaciones urbanas de la isla. Gracias a ello, pudieron recuperarse materiales que suelen perderse con el paso de los siglos: “Hemos encontrado restos que normalmente se pierden en el curso del tiempo, pero que en estas condiciones se han conservado”.

La intervención arqueológica se desarrolla en la avenida Isidor Macabich, como parte de los trabajos previos a la construcción de 60 viviendas sociales impulsadas por el Instituto Balear de la Vivienda (Ibavi).

El proyecto exige excavar hasta siete metros para habilitar dos plantas subterráneas. En esta zona, la profujndidad se ubica apenas a 1,2 metros de la superficie; al desecar cuidadosamente el terreno, los arqueólogos pudieron avanzar e identificar, en antiguos pozos, depósitos que cambiaron de uso a lo largo del tiempo hasta convertirse en vertederos.

¿De qué año es la escultura de Hércules que se encontró en Ibiza?

Las primeras estimaciones la sitúan en el siglo III d. C. Actualmente está en el laboratorio del Museo Arqueológico de Eivissa y Formentera (MAEF), donde se somete a un proceso de limpieza y restauración que permitirá precisar su origen y su papel dentro del conjunto arqueológico.

Las hipótesis iniciales sugieren que el sitio correspondió a un espacio habitacional romano -posiblemente con áreas destinadas a cultivo- y que más tarde fue transformado o reutilizado durante la época islámica medieval.

Las semillas asociadas a esta fase andalusí ya forman parte del programa Meedfreenrev, centrado en reevaluar la llamada “Revolución Verde” en el Mediterráneo occidental medieval, en colaboración con diversas universidades europeas y con apoyo del European Research Council.